Potencias llaman a cese del fuego en Libia y acuerdan respetar embargo de armas

Líderes de los dos bandos en pugna se negaron a reunirse en Berlín; gobernantes admiten que aún falta mucho para lograr paz

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Berlín. Las potencias involucradas en el conflicto de Libia prometieron el domingo respetar un embargo de armas de Naciones Unidas y abstenerse de intervenir en los asuntos internos de ese país desgarrado por la guerra civil, al tiempo que reclamaron un alto el fuego permanente.

Sin embargo, es incierto el alcance de esos acuerdos dado que los dos rivales directos, Fayez al-Sarraj -el jefe del Gobierno de Unidad Nacional (GNA) reconocido por la comunidad internacional- y su rival Jalifa Haftar se negaron a reunirse en la conferencia en Berlín, en la que participaron Rusia, Estados Unidos,Turquía, Francia, Alemania, Reino Unido y Naciones Unidas, entre otros.

El jefe de la diplomacia rusa, Sergéi Lavrov, admitió que si bien la cumbre fue “muy útil”, todavía persiste la brecha entre los bandos en pugna. “Está claro que aún no hemos logrado iniciar un diálogo serio y estable entre ellos”, dijo a la prensa.

Tanto Lavrov como la canciller alemana, Ángela Merkel, anfitriona de la conferencia, hablaron de un “pequeño paso adelante”, al tiempo que reconocieron que quedaba mucho por hacer para lograr la paz.

Principal avance de la reunión de Berlín fue que los líderes de 11 países, comenzando con Rusia y Turquía que juegan un papel clave en Libia, coincidieron en una declaración conjunta “que no hay una solución militar para el conflicto”, declaró el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres.

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“No puedo enfatizar cuán importante es este compromiso” viniendo incluso de países “que están más involucrados que otros” en Libia, recalcó.

El conflicto ha continuado internacionalizándose en los últimos meses, y amenaza con transformar el país en una "nueva Siria".

Injerencia de terceros

“Todos los participantes se han comprometido a renunciar a la injerencia en el conflicto armado o en los asuntos internos de Libia”, expresó Guterres.

Turquía apoya militarmente al GNA y Rusia es sospechosa de apoyar al mariscal Haftar, junto con Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.

Los participantes también prometieron respetar el embargo a las entregas de armas a Libia, decretado por la ONU en el 2011, pero que en gran medida ha sido letra muerta desde entonces.

   || w. s. / LA NACIÓN.

Desde la reanudación de los enfrentamientos entre bandos rivales en abril de 2019, más de 280 civiles y 2.000 combatientes han sido asesinados y, según la ONU, más de 170.000 habitantes han sido desplazados.

En general, el país está sumido en el caos y socavado por la violencia y las luchas de poder desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en el 2011.

El jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, de quien sus aliados europeos sospechan que apoya al mariscal Haftar, pidió que se detenga el envío de milicianos sirios proturcos y de soldados turcos para apoyar del GNA.

“Debo hablarles de la profunda preocupación que inspira la llegada de combatientes sirios y extranjeros a la ciudad de Trípoli, lo que debe detenerse”, insistió Macron.

Alto el fuego duradero

La ONU espera sobre todo que esta conferencia fortalezca la tregua que entró en vigor por iniciativa de Rusia y Turquía el 12 de enero.

Una reunión entre representantes militares de los dos campos debería poder celebrarse pronto, con la esperanza de transformar esta calma en un alto el fuego "permanente", como lo solicitaron los participantes en la cumbre de Berlín.

Hasta ahora, la tregua ha sido más o menos respetada entre los dos campos rivales a las puertas de la capital.

Pero las escaramuzas continúan cada día, e incluso hubo una al sur de Trípoli este domingo durante la cumbre. Y el mariscal Haftar bloqueó las exportaciones de petróleo libio, la única fuente de ingresos del país, en vísperas del encuentro en la capital alemana.

En este contexto, el jefe de la GNA solicitó el domingo el envío de una “fuerza militar internacional” bajo los auspicios de la ONU. Su misión sería “proteger a la población civil”, precisó.

Varios líderes, incluidos jefes de Gobierno italiano y británico, dijeron que estaban abiertos el domingo a la idea de enviar una misión internacional para ayudar a garantizar un alto el fuego, una vez que haya sido aprobado por ambos bandos.

“La conferencia puede ser el primer paso hacia la paz en Libia”, consideró el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, anfitrión de la cumbre, en una entrevista publicada el domingo en el diario Bild.

Ghasan Salamé, emisario de Naciones para Libia, indicó que este país“necesita” que la interferencia extranjera que alimenta el conflicto se “detenga”.

Espectro de Siria

Entre la reciente llegada de soldados turcos a territorio libio, la presunta presencia de mercenarios rusos y la afluencia continua de armas entregadas por varios países, la comunidad internacional teme que el conflicto se intensifique.

“Este es un conflicto regional creciente, que se parece cada vez más a Siria”, expresó en Washington un alto funcionario del Departamento de Estado, el sábado por la noche, bajo condición de anonimato.

“Esta es la razón por la cual toda la comunidad internacional se está movilizando”, destacó.

Europa también teme un nuevo flujo de migrantes, un temor que Turquía utiliza para justificar su intervención. “La violencia en Trípoli provocaría nuevas oleadas de refugiados”, afirmó la Presidencia turca el sábado por la noche.

“Dejar a Libia a merced de un señor de la guerra sería un error histórico”, manifestó el sábado Erdogan, al hablar del mariscal Haftar.