Periodismo de México denuncia impunidad de asesinatos y reclama justicia

Críticas a las autoridades por incapacidad para investigar y esclarecer esos ataques

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México

Indignación. Impotencia. La prensa mexicana quedó tocada. Fueron 12 los balazos que mataron al periodista Javier Valdez el lunes en Culiacán, capital del estado norteño de Sinaloa, según detalló RíoDoce, el semanario del cual fue cofundador.

"Hoy nos pegaron en el corazón", tituló este medio que el reconocido periodista contribuyó a fundar hace 14 años. "Es un golpe demoledor", añadíió su editorial.

Los medios y grupos defensores d elos derechos humanos reclamaron este martes justicia a las autoridades por el asesinato de Valdez y otros reporteros cuyos homicidios han quedado impunes, en un ambiente de indignación general.

Valdez, de 50 años, fue acribillado el lunes en Culiacán, la capital del estado de Sinaloa (noroeste), cerca de las oficinas de RíoDoce. Desde hace más de una década era colaborador de la AFP y corresponsal del diario La Jornada.

A lo largo de su carrera se convirtió en uno de los mejores cronistas de narcotráfico y crimen organizado, temas sobre los que publicó varios libros y que le valieron premios internacionales.

Su muerte reabrió una herida que nunca se ha cerrado en México: la tragedia de ver cómo las voces de comunicadores que narran los problemas del país se silencian con las balas.

Desde el 2000 han sido asesinados más de 100 periodistas, de los cuales 11 en el 2016, una cifra récord.

Este año suman ya cinco reporteros asesinados, además de un escritor que mantenía un programa de poesía en la radio.

"Matar sin piedad, con impunidad ¿hasta cuándo?", se preguntó RíoDoce. "Impunidad asesina", tituló La Jornada su editorial.

"Matar a un periodista, a una mujer, a un defensor de los derechos humanos (...) se ha vuelto una actividad de muy bajo riesgo" porque "la determinación de hacer justicia es meramente declarativa", afirmó el diario.

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"Las autoridades muchas veces atribuyen la responsabilidad de todos estos horrores simplemente al narco. Pero decir esto es una salida demasiado fácil", escribió Jan Jarab en una columna de La Jornada. Jarab es representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

"El Estado es, sin ninguna duda, responsable por este círculo vicioso de impunidad. Si esto no cambia, todas las medidas de protección van a quedarse cortas y serán meros paliativos", agregó

El gremio de periodistas se movilizó con manifestaciones y la iniciativa de UnDíaSinPeriodismo, a la que algunos medios se acogieron.

En el Ángel de la Independencia, emblemático monumento de la capital mexicana, pintaron las palabras "Nos están matando" y denunciaron que "la situación de vulnerabilidad de la prensa es insostenible".

"Cada periodista asesinado es una voz que se silencia y nos daña a todos", afirmaron. A final de la tarde se realizaría un homenaje a Valdez frente a la sede de la Secretaría de Gobernación.

En Sinaloa, algunos diarios no publicaron su edición del martes y otros dejaron de actualizar su versión digital.

Presión a autoridades. El asesinato de Valdez redobló la presión sobre el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto para encontrar y juzgar a los responsables de las muertes de reporteros.

El mandatario aseguró el lunes haber ordenado "la investigación de este indignante crimen", pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión reprochan que más del 90% de estos homicidios permanecen impunes en México, el tercer país más peligroso por los comunicadores.

El director para América Latina de Reporteros Sin Fronteras, Emmanuel Colombié, afirmó que "esta oleada de violencia pone en evidencia el estado de emergencia en que se encuentran los periodistas mexicanos" y reiteró que "el Gobierno mexicano debe actuar de manera proporcional a la gravedad de la situación y reforzar cuanto antes los mecanismos de protección de periodistas".

La directora en México de la ONG Artículo 19, Ana Cristina Ruelas, señaló que "el Estado no es capaz de investigar diligentemente estos asesinatos y esto es un aliciente para que sigan matando periodistas".

Amnistía Internacional, por su lado, reclamó que "este crimen, como los demás, debe investigarse de manera independiente e imparcial y todos aquellos sobre quienes pese la sospecha de ser responsables deben comparecer ante la justicia". Además, acusó a las autoridades de "hacer caso omiso" a los asesinatos.

Cronista del narco. Valdez, de 50 años y padre de familia, dedicó gran parte de sus casi tres décadas de carrera a investigar las actividades de los carteles, en especial el de Sinaloa, liderado hasta hace poco por o Joaquín el Chapo Guzmán.

Siempre fue consciente del peligro que corría, pero nada le detuvo.

Llegó a decir que en Culiacán "es peligroso estar vivo" y que "hacer periodismo es caminar sobre una línea marcada por los malos que están en el narcotráfico".

También declaró que "ser periodista es como formar parte de una lista negra. Ellos van a decidir, aunque tú tengas blindaje y escoltas, el día en que te van a matar".

Su hermano Rafael Valdez señaló que el reportero no le comentó que estuviera investigando algo que le pusiera en riesgo, ni que hubiera recibido amenazadas.

"Era muy reservado en cuestión de su trabajo, nunca comentaba nada para no inmiscuir a nadie", manifestó.