Peligro de escalada entre Arabia Saudí e Irán

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Dubái. AFP. El incremento de las tensiones entre Irán y Arabia Saudí tras la ejecución del jefe religioso chiita Nimr Bager al-Nimr podría alimentar las guerras subsidiarias que libran ambas potencias chiita y sunita en países como Siria y Yemen, según los expertos.

La ejecución del jeque al-Nimr va a “contribuir a la polarización saudo-iraní”, afirma Jane Kinninmont, del Instituto Chatahm House de Londres, quien cree que “Irán trata de posicionarse como defensor de los intereses chiitas a escala mundial”.

En este sentido, “las autoridades saudíes verán, en la respuesta iraní, una validación aparente de su percepción de que Irán se inmiscuye en sus asuntos internos”, agrega.

Política agresiva. Desde el ascenso al trono del rey Salman en enero del 2015 y la creciente influencia de su hijo Mohamed, propulsado a vicepríncipe heredero y ministro de Defensa, todos los expertos concuerdan en que Riad está impulsando una política exterior y militar más osada.

En marzo, el reino se puso a la cabeza de una coalición árabe-sunita que combate en Yemen a los rebeldes chiitas, acusados de mantener vínculos con Teherán; sin embargo, el conflicto se ha enquistado y no parece que haya un final cercano.

Los saudíes “juegan con fuego; es evidente”, considera François Heisbourg, consejero en la Fundación para la Investigación Estratégica en París, si bien desde el inicio del conflicto en Yemen, ambas potencias practican una “huida hacia adelante”.

“Mientras Riad considere que la confrontación con Irán es inevitable, preferirá provocarla mientras los estadounidenses siguen allí e Irán se encuentre en una situación económica y militar poco boyante”, explica.