Río de Janeiro. AFP Francisco, el primer papa latinoamericano, llamó ayer a los jóvenes a “entrar en la revolución de la fe”, en su discurso de acogida de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), frente a 1,5 millones de católicos en la playa de Copacabana –un mar de gente que desafió la lluvia y el frío para escucharlo.
“Solo entrando, tu vida tendrá sentido (...). Poné a Cristo en tu vida”, pidió el Papa, de 76 años.
Asimismo, el Pontífice, que preside hasta el domingo la JMJ, sostuvo: “Tenemos la tentación de ponernos en el centro, de creer que nosotros solos construimos nuestra vida, o que es el dinero y el poder lo que da felicidad.
”Pero no es así. El tener, el dinero, el poder pueden ofrecer un momento de embriaguez” (...), al final nos dominan y nos llevan a querer tener cada vez más, a no estar nunca satisfechos”.
Francisco pidió al inicio de su saludo a los jóvenes un minuto de silencio para la francesa Sophie Morinière, de París, y que viajaba a Río en autobús junto a otros peregrinos de la JMJ y murió en un accidente de tránsito en la Guyana Francesa.
Antes de dirigirse a Copacabana, la catedral metropolitana se tiñó de azul y blanco con las banderas y camisetas de miles de argentinos que se reunieron allí para un breve encuentro solicitado expresamente por Francisco, quien quiso conversar con sus compatriotas durante su viaje a Brasil.
El encuentro, añadido a última hora a la agenda de la JMJ, congregó a casi 5.000 personas dentro del templo, de acuerdo con el personal responsable de la seguridad.
El Sumo Pontífice llegó a la cita, de unos 30 minutos de duración, desde la favela de Varginha.
Dentro de la catedral, al son de música católica en español, los fieles no dejaron de corear “esta es la juventud del Papa”.
La emoción se desbordó cuando Francisco entró por una alfombra roja y dio un discurso de unos 10 minutos en el que pidió a los presentes orar por él.