Papa Francisco clama por un México sin emigrantes

Pidió a mexicanos que hagan de su nación una tierra de oportunidades

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe
Ver más

Ecatepec, México. AFP, EFE y AP. El papa Francisco clamó este domingo porque los mexicanos hagan de su país una tierra de oportunidades, donde “no haya necesidad de emigrar para soñar” y donde no exista el riesgo de caer en manos de los “traficantes de la muerte”.

En una homilía pronunciada ante 300.000 fieles en el violento suburbio capitalino de Ecatepec , Francisco invitó a “hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad, donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar”.

Hablando en una ciudad golpeada por la violencia, especialmente contra migrantes y mujeres, el Pontífice pidió hacer de México “una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”.

“Es importante que lo haya dicho, es un tema muy delicado (los traficantes de muerte) porque hace ver que las autoridades no están haciendo nada para que eso termine; es algo bueno y una llamada de atención al Gobierno para que se ponga las pilas; qué bueno que lo diga para que el mundo se entere de lo que está pasando aquí”, dijo Alicia Tejeda, una contadora de 27 años, después de escuchar la misa en Ecatepec.

Zona simbólica. La ciudad donde habló el Su Santidad está ubicada en una zona que es paso de emigrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos.

Cientos de fieles escucharon la misa en pantallas gigantes colocadas en los alrededores del campo, muchos de ellos sufriendo un sol inclemente después de haber pasado la gélida noche en el lugar para ver pasar al Obispo de Roma en el papamóvil.

Poco antes en la misa, el Santo Padre advirtió sobre las tentaciones del demonio de buscar el dinero , la fama y el poder.

“Hermanas y hermanos, metámoslo en la cabeza, con el demonio no se dialoga, no se puede dialogar porque nos va a ganar siempre. Solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar”, expresó el prelado argentino, al reconocer que “sabemos lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder”, dijo.

Ecatepec, de 1,6 millones de habitantes forma parte del estado de México, una región reconocida por las alarmantes cifras de desapariciones de mujeres y los hallazgos de muchos de sus cuerpos desmembrados flotando en el río de los Remedios, a 20 kilómetros de la sede de la misa.

En horas de la tarde, Francisco regresó a la capital para visitar el Hospital Infantil Federico Gómez, donde se acercó a niños a quienes repartió besos, firmó autógrafos y entregó rosarios.

“Al cruzar esa puerta (del hospital) y ver sus ojos, sus sonrisas, sus rostros me generó ganas de dar gracias. Gracias por el cariño que tienen en recibirme, gracias por ver el cariño con que se los cuida y acompaña”, dijo a los menores el Papa, que estuvo acompañado por la primera dama, Angélica Rivera, y otros funcionarios del gobierno.

“¡Francisco, te amo!”, le gritó un niño, a quien el papa respondió: “Rezá por mí”.

El Pontífice hizo un llamado para que los niños no solo se curen con medicinas sino con “cariñoterapia” y recibió con emoción el sentido canto del Ave María que le dedicó una niña con pañuelo en la cabeza que, incluso, hizo llorar a la primera dama.

El encuentro con los pequeños propició un momento tierno para el Papa, que en esta visita a México ha hablado con franqueza sobre algunos de los graves problemas que agobian a los mexicanos.