ONU pide al sudeste de Asia fronteras abiertas para inmigrantes

Cerca de 8. 000 personas podrían estar en el mar, alertan organismos

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Ginebra. EFE y AFP La ONU pidió ayer a los países del sudeste asiático mantener sus fronteras abiertas ante la presencia en el de mar de miles de inmigrantes bangladesíes y de la minoría rohingya ,de Birmania, que intentan llegar sobre todo a Malasia.

Miles de migrantes podrían morir en aguas del sureste asiático si los Gobiernos de la región no actúan rápido para salvarlos, alertaron este martes la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos.

Según entidades de ayuda que colaboran con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) , varias embarcaciones con migrantes están a la deriva, abandonadas por traficantes que temían ser arrestados al llegar a Malasia o Tailandia.

Ambos países han lanzado operaciones de seguridad para reprimir la actividad delictiva.

Cerca de 1.600 inmigrantes fueron rescatados en las últimas horas y se encuentran en Indonesia y Malasia. “Hemos sido alertados de que puede haber más botes en la región que necesitan ser localizados y ayudados”, dijo el portavoz de Acnur, Adrian Ewards, en Ginebra.

Respecto a informaciones según las cuales se está obligando a retornar algunas de esas embarcaciones, Ewards manifestó que “si sus ocupantes están huyendo de conflictos, los retornos forzados no constituyen una medida para salvar vidas”.

Expulsados. Este martes, las autoridades de Indonesia informaron de haber remolcado fuera de sus aguas territoriales un barco con cerca de 400 personas.

“Fue remolcado fuera de territorio indonesio. No los estamos forzando a ir a Malasia o a Australia. No es nuestro problema. Nuestro problema es que no entren a Indonesia porque Indonesia no es su destino”, dijo a la AFP el portavoz de la Marina, Manahan Simorangkir.

Las autoridades afirmaron que el barco, que llegó a la costa de Aceh el lunes, fue provisto con combustible y sacado de las aguas territoriales de Indonesia, sin confirmar si la embarcación se dirigía hasta Malasia, su destino probable.

“Hemos escuchado que hay unos 8.000 inmigrantes ahora en el mar. Si no se hace nada para ayudarles, si no se les da comida, combustible y la opción de ir adonde desean, entonces habrá consecuencias humanas muy graves”, pronosticó el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM ) , Leonard Doyle.

En los últimos días, unos 2.000 migrantes fueron rescatados en las costas de Indonesia y Malasia, la mayoría musulmanes rohingyas, un grupo considerado por la ONU como una de las minorías más perseguidas del mundo.

El vicedirector de la OIM para Indonesia, Steven Hamilton, advirtió de que los esfuerzos regionales por encontrar esos barcos en la zona serán complicados.

“Es como encontrar una aguja en un pajar. Esas aguas están llenas de embarcaciones”, dijo.

Además, el funcionario hizo la observación de que existe en altamar toda una organización de embarcaciones, y los traficantes hacen pasar a los inmigrantes de una a otra.

El Acnur estima que unas 25.000 personas embarcaron entre enero y marzo, el doble del ritmo del año pasado, y que unas 300 habrían muerto.

Birmania, un país de mayoría budista, considera a los cerca de 1,3 millones de rohingyas de su territorio como inmigrantes ilegales de Bangladesh, y en muchas ocasiones esta población ha sido perseguida y obligada a huir.

Estos migrantes parecen ser víctimas involuntarias de una nueva política aplicada por Tailandia, cuyo Gobierno tomó medidas contra los traficantes, tras el hallazgo, este mes, de decenas de restos en fosas comunes en el sur del país.

Cada año, decenas de miles de personas transitan por el sur de Tailandia buscando llegar a Malasia o a otros destinos, para escapar de la pobreza en Bangladés o de la violencia de la que son víctimas los rohingyas en Birmania.