Caracas. AFP. La capital venezolana vivió ayer una decimosegunda jornada de manifestaciones, con miles de universitarios opuestos al Gobierno y simpatizantes chavistas marchando por diferentes puntos de la ciudad.
Vestidos de blanco en su mayoría y muchos enarbolando la bandera de Venezuela, unos 3.000 opositores –en su mayoría estudiantes– se juntaron en Las Mercedes, una zona comercial chic del este de Caracas, desbordando una plaza y las avenidas aledañas.
“Antes no salimos a las calles por la inseguridad; ahora salimos a protestar y nos matan. Los jóvenes no tenemos fe ni esperanza; no podemos conseguir un trabajo y si lo tenemos no nos da para tener una vida digna”, comentó Isaac Castillo, de 27 años.
En el centro de Caracas, miles de simpatizantes del Gobierno, en su mayoría vestidos de rojo, ganaron varias plazas al ritmo de tambores que pusieron a bailar a algunos, mientras otros hacían ejercicios aeróbicos.
La marcha oficialista, en la que se despliegan enormes banderas e imágenes de Simón Bolívar y del fallecido presidente Hugo Chávez, fue convocada bajo el lema “por la paz y contra el fascismo”.
Maduro. Durante la jornada, el presidente Nicolás Maduro acusó al expresidente colombiano Álvaro Uribe de estar detrás de las marchas y llamó al líder opositor Leopoldo López a entregarse a las fuerzas policiales, acusándolo de los incidentes que se produjeron el miércoles cuando murieron 2 personas.
Además, Maduro aseguró que no aceptará “grupos violentos” en el campo del chavismo y pidió que quien quiera combatir con armas se vaya de ese movimiento.
En la marcha oficialista y ante una multitud, Maduro acusó a la “ultraderecha” opositora de promover la violencia y un “golpe de Estado” para derrocarlo.
Desde principios de febrero, Caracas y otras ciudades de Venezuela son escenario de protestas de estudiantes y opositores para denunciar la inseguridad, la inflación y la escasez de productos.