Norcorea lamenta explosión y Seúl cesa propaganda

Países buscaron rápidamente un acuerdo para evitar confrontación militar

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Seúl AP Corea del Sur acordó detener las emisiones de propaganda a partir del mediodía del martes después que Corea del Norte lamentó la reciente explosión de una mina que mutiló a dos soldados del ejército surcoreano, anunciaron los países después de tres días de conversaciones intensas.

Esto significa que el Gobierno de Seúl apagaría a las 12.00 hora local de este martes (09.00 p.m de lunes en Costa Rica) los altavoces que emiten propaganda en la frontera contra el régimen de Kim Jong-un.

Corea del Sur inició las transmisiones de propaganda hacia el Norte a principios de agosto, por primera vez en 11 años, como represalia por la colocación de las minas terrestres.

El Gobierno de Corea del Norte pidió repetidamente que se pusiera fin a estas transmisiones al considerarlas un insulto a su dignidad.

Por su parte, Pyonyang accedió a lamentar su ataque con minas del día 4 que provocó un intercambio de fuego de artillería y ha prometido hacer esfuerzos para no recurrir a más provocaciones.

Durante las conversaciones realizadas en la ciudad fronteriza de Panmunjom, Corea del Norte también aceptó levantar el “cuasi estado de guerra” que había declarado la semana pasada, dijo el encargado de negociaciones surcoreano y consejero de seguridad presidencial Kim Kwan-jin en informe televisado.

Kim dijo que ambas Coreas también acordaron retomar en setiembre el tema de la reunión de familias separadas por la guerra. Dijo que los países llevarán a cabo conversaciones para mejorar sus relaciones, ya sea en Seúl o en Pyonyang.

La agencia de noticias de Corea del Norte también reveló los mismos detalles.

Pronto resultado. El anuncio se hizo tras una segunda ronda de negociaciones que los rivales comenzaron el sábado después de que incidentes en su muy vigilada frontera los llevaran hacia una posible confrontación militar.

Ambas partes quieren encontrar una forma de evitar una escalada que lleve al derramamiento de sangre sin que parezca que ceden, especialmente Corea del Norte, que se ve superada militarmente por Seúl y su aliado, Estados Unidos.

La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, dijo horas antes que sin una disculpa de Corea del Norte por el ataque, continuarían las emisiones de propaganda que lo enfurecen.

Corea del Norte había negado su participación en las explosiones de minas y rechazó el informe de Seúl de que Pyonyang lanzó una descarga de artillería la semana pasada. No fue claro si al expresar arrepentimiento Corea del Norte ahora admite su participación.

Las conversaciones son las de más alto nivel entre las dos Coreas en un año. Hasta cierto punto constituye una victoria que funcionarios de alto rango de países que en los últimos días habían amenazado con destruirse se sentaran en la misma mesa en Panmunjom, el enclave fronterizo donde se firmó en 1953 el armisticio que puso fin a los combates de la Guerra de Corea.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, emitió un comunicado aplaudiendo la noticia de un acuerdo y haciendo énfasis en la importancia de su implementación. Igual actitud asumió Estados Unidos.