Beirut
Un grupo de monjas sirias cristianas ortodoxas negaron el viernes en un video que hubiesen sido secuestradas por rebeldes cerca de Damasco, como se informó en un principio, y agregaron que están retenidas en un lugar seguro.
Fue la primera aparición de las monjas, cuyo supuesto secuestro ocurrido el lunes aumentó las preocupaciones sobre maltrato contra los cristianos por parte de los rebeldes de línea dura, en particular porque los combates han afectado a más poblados cristianos en meses recientes.
En el video, transmitido por la televisora catarí al-Jazeera, las monjas parecen en buen estado de salud. Están sentadas en sofás en una villa cuya ubicación no se rebeló. Hablando por turnos, dijeron que fueron escoltadas fuera de Malula para ponerlas a salvo del fuego de artillería.
“Los hermanos nos tratan bien. Del convento nos trajeron aquí y estamos muy contentas”, dijo una de ellas a la cámara. Al parecer el video es auténtico, pero no fue posible verificar de forma independiente si las monjas estaban hablando bajo coerción.
También el viernes, un regulador internacional verificó la destrucción de todos los almacenes declarados por Siria de municiones sin llenar para entregar agentes químicos, otro avance en el camino para erradicar el programa de armas químicas del presidente Bashar Assad.
La Organización para la Prohibición de Armas Químicas informó en un comunicado que expertos en Siria también han verificado la destrucción de partes de edificios en instalaciones de producción de armas.
El más reciente trabajo de destrucción fue cerca de la ciudad de Homs, donde, había dicho la organización, no tenía acceso por razones de seguridad.
El ejército sirio ha estado avanzando contra los rebeldes y el lunes las tropas reabrieron la autopista que une a Damasco con Homs, ubicada en el centro.
La autopista es un camino clave que lleva a la costa siria y podría abrir el camino para trasladar las armas químicas del país al puerto de Latakia antes de que sean sacadas del país para su destrucción.
El equipo conjunto de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas y la ONU, busca retirar la mayoría de las armas químicas de Siria para finales de año para destruirlas en el mar y cerrar todo el programa para mediados del 2014.
El desarme, sin precedentes en medio de la guerra civil, se lanzó tras un ataque con armas químicas el 21 de agosto en un suburbio de Damasco que dejó cientos de civiles muertos.
Estados Unidos y aliados occidentales acusaron al gobierno sirio de ser responsable de ese ataque mientras que Damasco culpa a los rebeldes. Siria aceptó destruir su arsenal químico para evitar una posible respuesta estadounidense.