Mina, Arabia Saudita. AFP. Dos millones de musulmanes empezaron a reunirse ayer en Mina, cerca de la ciudad santa de La Meca (Arabia Saudita), en el inicio de la peregrinación anual.
La cantidad de fieles en la peregrinación disminuyó en comparación con años anteriores, debido a los temores generados por la enfermedad respiratoria del coronavirus de Oriente Medio MERS, y por las obras de ampliación de los lugares santos.
En 2012, alrededor de 3,2 millones de fieles (1,75 millones de ellos procedentes del resto del mundo), efectuaron la peregrinación a La Meca, la ciudad santa más importante del Islam.
Esa procesión es uno de los cinco pilares del islam: todos los musulmanes deben realizarla al menos una vez en su vida si poseen los medios financieros y están en buena salud.
El MERS ha causado de momento 60 muertos en todo el mundo, 51 de ellos en Arabia Saudí, pero las autoridades locales afirmaron que ninguno de los peregrinos estaba afectado con el virus.
Gran desplazamiento. Los peregrinos llegaron a Mina por carretera, en tren o a pie. Siguiendo la tradición, los hombres van vestidos con dos piezas de tejido blanco sin coser y las mujeres cubiertas, con la excepción del rostro y las manos.
En el valle de Mina, donde hay instaladas 45.000 tiendas de campaña, los peregrinos rezaban y descansaban ayer.
Hoy se reunirán en el monte Arafat, cerca de La Meca, en lo que será el momento más intenso de la peregrinación.
Entre las personalidades presentes este año están los presidentes de Turquía, Abdullah Gül, y de Sudán, Omar al Bashir.
El país ha desplegado a más de 100.000 soldados y policías para garantizar la seguridad de los peregrinos y ha advertido contra toda instrumentalización política de la mayor peregrinación del mundo.
“No autorizaremos ninguna acción que atente contra la seguridad del Hajj (la fiesta de peregrinaje a La Meca), o perturbe su funcionamiento”, reiteró ayer en conferencia de prensa el portavoz del ministerio saudí del Interior, el general Mansur al Turki.
El general señaló que por la tarde ya habían llegado a Mina la mayoría de los peregrinos, sin que hubiera habido incidentes.