Santiago
Decenas de miles de estudiantes chilenos marcharon en protesta por la forma en la que el Gobierno está concretando su promesa de educación gratuita, mientras grupos de encapuchados se enfrentaban a la Policía, que los reprimió con gases lacrimógenos y chorros de agua.
La marcha ocupó más de 15 cuadras con batucadas, y fue criticada por políticos oficialistas y de oposición, que habían pedido que se suspendiera debido al luto nacional de tres días por la muerte, el martes, del expresidente demócrata cristiano Patricio Aylwin (1990-1994).
La caminata se realizó pacíficamente por varias cuadras, con grupos de baile, canciones, cuadros artísticos, hasta que poco a poco empezaron a aparecer encapuchados que primero rayaron murallas con pintura y luego lanzaron piedras a los policías antimotines, quienes de inmediato empezaron a reprimirlos, primero con chorros de agua y después con gases lacrimógenos.
La inmensa mayoría de los jóvenes llegó al lugar de forma tranquila y allí levantaron un escenario, en tanto los encapuchados proseguían con sus desórdenes e intentaron levantar barricadas encendidas con restos de basura.
"Nosotros hoy no estamos en posición de seguir esperando que llegue la alegría, sino que la alegría hay que salir a buscarla y en esa misma posición la reforma no ha dado el ancho, no genera soluciones y creemos que no solo debe ser la reforma educativa la que se tome la agenda, sino que la necesidad de poder avanzar hacia los horizontes que hemos determinado como país", dijo la líder estudiantil Marta Matamala.
Agregó que la juventud creció escuchando la expresión de "la alegría ya viene", en alusión a la frase más conocida de la campaña de la oposición al régimen de Augusto Pinochet, previo al plebiscito de 1988 que lo obligó a devolver el poder a los civiles en 1990.
Según la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, solo un 14% del 1,15 millones de alumnos universitarios estudiará gratuitamente este año, muy poco en relación a lo prometido por la presidenta Michelle Bachelet, quien durante su campaña electoral prometió gratuidad para el 70% de los jóvenes más pobres. El gobierno ha cambiado varias veces la cifra y admitió que tuvo que ralentizar sus reformas por la actual debilidad de la economía chilena.
Además, aún no se conoce el proyecto de educación superior a un mes de que se cumplan dos años de Bachelet en el gobierno, la mitad de su período, y decenas de miles de estudiantes siguen endeudados con la banca privada.