Más de 10.000 evacuados por erupciones del Sinabung pero miles se niegan a salir

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TANAH KARO, Indonesia

Miles de indonesios se negaron a dejar sus viviendas en las laderas de uno de los volcanes más activos del archipiélago, pese a las advertencias de una potente erupción a corto plazo. Más de 10.000 personas sí aceptaron salir del lugar en el último mes.

El monte Sinabung, uno de los aproximadamente 130 volcanes activos de Indonesia, lleva casi dos semanas al nivel máximo de alerta. El martes se registraron al menos 48 avalanchas de ceniza caliente en sus laderas, la mayor de las cuales recorrió 2,5 kilómetros hacia el sureste.

El volcán se encuentra en el norte de Sumatra, una de las principales islas de Indonesia, y también ha expulsado humo y ceniza que se elevaron a más de 700 metros de altura.

Varios miles de personas, incluyendo mujeres con bebés, han abandonado la montaña en furgones policiales desde el lunes, tras un aumento de la actividad volcánica durante este fin de semana. Algunos bajaron de las laderas en motocicletas, con el rostro cubierto de ceniza.

Pero sólo unas 10.000 de las aproximadamente 33.000 que residen en la zona de peligro han llegado a las carpas o edificios gubernamentales establecidos como refugios a distancia segura del volcán, indicó Subur Tambun, quien dirige la agencia local de gestión de emergencias. No se han producido heridos en las últimas erupciones.

“Los aldeanos insistieron en atender las cosechas”, dijo Tambun. “Confían en que podrán escapar de una gran erupción. Todo lo que podemos hacer es pedirles que se marchen”.

El monte Sinabung, de 2.460 metros de altura, ha registrado erupciones esporádicas desde 2010, cuando pilló desprevenidos a los científicos tras siglos de inactividad. El año pasado, una poderosa explosión que se oyó a cientos de kilómetros de distancia destruyó varios pueblos en sus laderas y mató al menos a 17 personas.

Las autoridades llevan días tratando de convencer a los vecinos de la principal zona de peligro –que se extiende unos siete kilómetros al sur y sureste del pico– para que se trasladen a los refugios temporales, pero han encontrado resistencia.

“Hemos perdido las verduras, pero no el café”, dijo Sapta Sembiring Palawi, del pueblo de Gambir, a unos 4,7 kilómetros del ardiente cráter. “El café nos permitió sobrevivir, y ahora tenemos que cuidar de él”, dijo Palawi, una de las 200 personas de la aldea que se negaron a irse a los refugios.

Estos reparos a abandonar las casas pese al peligro son comunes en el archipiélago, que tiene más volcanes que ningún otro país y es propenso a las erupciones y terremotos debido a su ubicación en el “Anillo de Fuego”, un sistema de fallas que se extiende desde el hemisferio occidental hacia Japón y el sureste asiático.

Más de 150.000 personas viven en las faldas del monte Sinabung, aprovechando la fértil tierra para cultivar chilis, naranjas, cacao y café.

Pese a las advertencias, algunos evacuados volvieron el martes a casa para atender a sus cosechas y al ganado.

“Estamos preocupados, pero tenemos que cuidar de nuestra casa y limpiar la ceniza de nuestra granja”, dijo Yapti Sitepu, que fue evacuado a un refugio el lunes.

Más de 2.000 personas que se vieron forzadas a mudarse por la erupción del año pasado siguen viviendo en viviendas temporales alquiladas por el gobierno mientras esperan a una reubicación permanente. Sus pueblos son ahora inhabitables.