Buenos Aires
La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner demostró su poder al acordar que su mano derecha, Carlos Zannini, sea el compañero de fórmula del precandidato oficialista Daniel Scioli para las elecciones presidenciales del 25 de octubre, en un intento por asegurar la continuidad del proyecto de centroizquierda iniciado hace 12 años.
A dos días del cierre de precandidaturas para las primarias obligatorias del 5 de agosto, Kirchner inclinó la balanza en favor de Scioli con la designación de Zannini, ideólogo y principal operador político del gobierno desde una secretaría legal y técnica.
"Acepté acompañar a Scioli porque es la continuidad del camino", declaró este miércoles Zannini, apodado el "Chino" por su pasado como dirigente maoísta en los turbulentos años 70.
Luego de reunirse con la presidenta en la Casa Rosada, este confeso hincha del popular club Boca Juniors y asiduo concurrente a la "Bombonera", afirmó que "será un orgullo acompañar a quien fue vicepresidente de Néstor Kirchner", el fallecido marido y antecesor de la presidenta en el gobierno.
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La presencia de Zannini en la fórmula que pisa más firme para las presidenciales es además una estrategia que permitirá a Kirchner conservar el poder más allá del final de su segundo mandato el 10 de diciembre.
De hecho, ha quedado relegado el otro precandidato oficialista, el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien también concurrió el miércoles a la Casa Rosada aunque se retiró sin formular declaraciones.
"El kirchnerismo no es un fenómeno que se diluye en diciembre", remarcó a la AFP Edgardo Mocca, politólogo y académico de la Universidad de Buenos Aires.
Además la fórmula Scioli-Zannini tiene "un alto nivel de competitividad y puede ganar en la primera vuelta", aseguró.
"La figura política más influyente de Argentina, es Kirchner", remarcó Mocca, aunque define a Zannini "como el número dos" después de Cristina.
Con este escenario, descartó "cambios bruscos" en los lineamientos políticos en un eventual gobierno de Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, que tiene casi el 40% del padrón nacional.
Scioli "no es un personaje identificado con la estrategia política de estos años aunque esté en el mismo espacio político" del oficialista Frente para la Victoria (FPV).
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El propio Scioli se apresuró a destacar que la elección de Zannini "es una manera de dar certidumbre" sobre la continuidad del proyecto kirchnerista, según confió al diario La Nación.
Randazzo quedó en una encrucijada. Las especulaciones lo reubican como candidato kirchnerista a gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más poblada en este país de 40 millones de habitantes, aunque el ministro dijo en reiteradas ocasiones que no abandonaría sus aspiraciones presidenciales.
La elección de Zannini revela que "la presidenta, está haciendo una construcción política que le permita retener el poder" más allá del término de su mandato, dijo el politólogo Rosendo Fraga.
"Es Zannini, quizás, la figura más compenetrada (con el kirchnerismo) y el que ha hecho la ingeniería de esta estrategia", opinó Fraga sobre este antiguo colaborador político de Néstor y Cristina Kirchner .
Fraga advirtió que su designación en la fórmula trae cambios en el escenario político que debieran ser tomados en cuenta por la oposición, en la que el alcalde de Buenos Aires, el derechista Mauricio Macri, es el mejor posicionado para la competencia electoral.
Sin embargo, Macri reaccionó indiferente este miércoles a las novedades en el FPV.
"Demuestra una coherencia del gobierno, nosotros vamos a intentar tener la misma coherencia acerca del cambio que creemos que Argentina necesita. No cambia nuestra estrategia", dijo en rueda de prensa Macri, sin definir aún su candidato a vice.