México. AP y EFE. Un joven de 17 años, conocido como EL Ponchis y condenado por delitos como homicidio, secuestro y posesión de armas, dejó ayer el reformatorio donde cumplió su sentencia de tres años, la máxima permitida en México para alguien de su edad.
Conocido como el “niño sicario”, Édgar J. tenía 14 años cuando fue detenido en el 2010 en Cuernavaca, estado de Morelos, lo cual causó conmoción debido a su corta edad y los terribles crímenes que confesó en ese entonces.
El adolescente dijo que desde los 11 años estuvo involucrado con el cartel de los hermanos Beltrán Leyva e incluso reconoció haber degollado a cuatro personas por órdenes de un líder de ese grupo.
Su liberación se realizó la madrugada de ayer, martes y, en medio de un amplio operativo de seguridad, fue trasladado en compañía de dos funcionarios mexicanos al aeropuerto de la capital, donde tomarían un vuelo hasta San Antonio, Texas, en Estados Unidos, su país de origen y donde vive su familia.
El secretario de Gobierno de Morelos, Jorge Messeguer, confirmó en la red social Twitter la excarcelación del joven. Indicó que es del “interés” de las autoridades que Édgar tenga las mejores condiciones “porque también fue víctima”.
“Dejarlo en México, en Morelos, era muy peligroso porque peligraba su vida. Él sabía que era muy difícil que sobreviviera por todo lo que sabe, por todo lo que hizo”, dijo –por su parte– el gobernador de Morelos, Graco Ramírez.
La historia de el Ponchis. El menor nació en San Diego, California, hijo de madre mexicana, pero fue criado por su abuela en México.
Aseveró haber sido secuestrado por los narcotraficantes y obligado a trabajar para ellos hasta el día de su detención.
Aunque fue señalado como sicario del cartel de los hermanos Beltrán Leyva y sentenciado por delincuencia organizada, homicidio, portación de arma de uso exclusivo del Ejército, secuestro y transporte de cocaína, por ser menor de edad se le condenó entonces a la pena máxima de tres años.
Días atrás, cuando se informó de la posibilidad de que Édgar saliera del centro juvenil, algunos organismos civiles pidieron a las autoridades a tomar medidas para proteger al joven, a quien consideran una víctima de la explotación de las bandas narcotraficantes.
La Red por los Derechos de la Infancia de México señaló en un comunicado que el Estado mexicano debería analizar la posibilidad de crear un programa de cambio de identidad para proteger la vida de ese tipo de adolescentes.
En Estados Unidos, el Ponchis fue recibido por funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza y representantes de la organización Outcry in the Barrio, que trabaja con menores infractores.