La pérdida de Mosul representa un golpe duro pero no mortal para el Estado Islámico

Este domingo, el primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, proclamó la victoria sobre el grupo yihadista, a su llegada a la ciudad

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Bagdad

La toma por las fuerzas iraquíes de Mosul, la mayor ciudad del califato proclamado por el grupo Estado Islámico (EI), constituye un duro revés para los yihadistas, pero no un golpe mortal, consideran los expertos.

Mientras que en Mosul el primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, proclamó este domingo la victoria sobre el grupo extremista, los analistas internacionales han comenzando a sacar sus conclusiones sobre lo que representa para el EI este acto.

Para los expertos, la "liberación", último gran bastión urbano del EI en este país, es altamente simbólica, pues fue justamente en Mosul –en manos de los yihadistas desde junio del 2014– donde el líder del EI, Abu Bakr Al Bagdadi, dio su primer sermón como califa, llamando a los musulmanes a jurarle lealdad.

Esta representó su única aparición pública conocida y se efectuó en la mezquita Al Nuri, que paradójicamente el EI destruyó a finales de junio, junto a su emblemático minarete inclinado del siglo XII.

El 16 de junio de este año, Rusia sostuvo que "muy probablemente" habría matado a Al Bagdadi, durante un bombardeo realizado a finales de mayo en Siria, una información que no ha sido confirmada por ninguna otra fuente.

¿Por qué es tan importante la liberación de Mosul?

Mosul, una gran ciudad situada al norte de Irak, que hace tres años registraba una población de tres millones de habitantes, era una de las capitales 'de facto' del EI, junto con Raqa, en la vecina Siria.

Justamente, tomar el control de esta ciudad puso definitivamente al grupo extremista en el escenario mundial, según describe BBC Mundo, en un extenso análisis sobre el tema.

Este lugar constituía uno de los principales polos de la administración del califato y un emblema de la fuerza del EI. Los yihadistas la defendieron encarnizadamente frente a decenas de miles de soldados iraquíes apoyados por la aviación de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

"Es un gran golpe para el prestigio del EI", resume David Witty, analista y coronel retirado de las fuerzas especiales estadounidenses.

La liberación también representa una nueva derrota militar para la organización yihadista, que no ha dejado de perder terreno en los últimos años.

En su momento de apogeo, cuando en junio del 2014 lanzó una gran ofensiva relámpago en Irak, el EI controlaba una superficie comparable a la de Guatemala, con una población de más de 10 millones de habitantes. En la actualidad ha perdido más de la mitad de ese territorio.

También ha perdido a miles de combatientes, que no logra compensar con los contingentes de yihadistas extranjeros, hoy menos numerosos.

Expertos aconsejan a Irak ir con cautela

No obstante, pese a que la la caída de Mosul aísla y debilita un poco más a la organización, es aún demasiado pronto para hablar de una victoria definitiva.

"No hay que considerar que la toma de Mosul marca el fin del EI", advierte Patrick Martin, analista del Instituto para el Estudio de la Guerra en Washington, recordando que el grupo "controla todavía un territorio urbano significativo", especialmente en Siria, donde se está llevando a cabo una ofensiva para retomar la ciudad de Raqa.

Incluso, en Irak, donde los yihadistas siguen controlando varias regiones, declarar muerto al califato querría "decir que el EI ya no puede controlar territorios y gobernar", precisa.

LEA: Las principales pérdidas del Estado Islámico en Irak, Siria y Libia

Por este motivo, Bagdad "debe tomar medidas para asegurarse de que el avance sobre el EI se consolida en el tiempo". De lo contrario, el grupo "podría, en teoría, resurgir y apoderarse de nuevas zonas urbanas".

"A corto plazo, en Irak, el EI va a pasar al terrorismo y a la insurrección en lugar de tratar de controlar abiertamente grandes regiones", considera Witty.

La organización ya ha respondido a otros reveses militares con sangrientos ataques, recuerda Martin.

El atentado con bomba más mortífero jamás cometido en Bagdad, que mató a 320 personas en julio del 2016, tuvo lugar tras la pérdida por los yihadistas de su bastión de Faluya.

"Irak será probablemente víctima de la inseguridad aún muchos años", afirma Witty.

Asimismo, el EI sigue representado una amenaza a nivel mundial, contra la cual la coalición dirigida por Estados Unidos lleva a cabo una lucha sin cuartel.

En tres años, varios miles de voluntarios de todo el mundo se han unido a los yihadistas en la zona sirio-iraquí, un número indeterminado de los cuales regresó a su país.

La ideología y la propaganda del EI siguen teniendo fuerte influencia, originando el surgimiento de numerosas células yihadistas más allá de las fronteras geográficas del califato. Varios atentados mortales han sido reivindicados por el grupo en todo el mundo en los últimos años.