Israel rechaza presencia internacional en Jerusalén

Palestinos piden a ONU que proteja a sus ciudadanos del este de la ciudad

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Naciones Unidas AFP Israel dijo el viernes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) que no permitirá el despliegue de una fuerza internacional en Jerusalén Este para sofocar la violencia en torno a la mezquita de Al-Aqsa, tal y como piden los palestinos.

“Permítanme ser muy claro: Israel no aceptará ninguna presencia internacional en el Monte del Templo (explanada de las Mezquitas para los palestinos). Una presencia de ese tipo sería un cambio en el statu quo ”, indicó el embajador David Roet.

El sitio está destinado solo al rezo de los musulmanes. Los judíos solo pueden hacerlo en el Muro de los Lamentos. El conjunto está a cargo del Ministerio de Asuntos Religiosos jordano.

El Consejo, de 15 miembros, se reunió de urgencia para debatir sobre las semanas de violencia entre Israel y los palestinos en Jerusalén y en los territorios.

Protección. Los palestinos quieren protección internacional para la población civil de los territorios. Según el embajador palestino Riyad Mansur, hace falta que la ONU halle el modo de “proporcionar protección” a los palestinos ante la situación “explosiva” de Jerusalén Este, que incluya una fuerza internacional.

Para el nuevo embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, se requiere que el Consejo “denuncie claramente la incitación” a la violencia por parte de la dirección palestina y que “apoye las negociaciones directas” entre Israel y palestinos, aunque no queda claro a qué negociaciones se refería, porque en este momento no hay ninguna.

La tumba de José. El viernes, decenas de palestinos incendiaron la tumba de José, en el norte de Cisjordania, al iniciarse una tensa jornada de movilización llamada “viernes de la revolución”.

La violencia contra ese lugar, venerado por judíos, cristianos y musulmanes, se enmarca en la nueva crisis que vive la región y en el hecho de que, una vez al mes, autobuses con religiosos judíos lo visitan por la noche protegidos por fuerzas de seguridad.

Muchos palestinos consideran estas visitas, coordinadas entre Israel y la Autoridad Palestina (ANP), una provocación y una violación de su territorio, puesto que la tumba está situada en el Área A de Cisjordania, la única donde los palestinos tienen control tanto administrativo como de seguridad.

El ataque recibió una condena fuerte de la ONU y de la comunidad internacional.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, calificó el ataque como un “acto irresponsable” que no refleja sus principios “ni los del islam” y ordenó una investigación.

El secretario general adjunto de ONU para Asuntos Políticos, Tayé-Brook Zerihoun, dijo que ese ataque es “muy perturbador por su dimensión religiosa” y advirtió contra “la transformación de un combate nacional en un combate religioso” que tendría “consecuencias catastróficas”.

Ocupación. Culpó a la larga ocupación del territorio palestino por Israel y a las decrecientes probabilidades de lograr un Estado palestino de transformar “la hirviente ira palestina en furia abierta”.

Zerihoun agregó que esta “espantosa realidad” ha sido empeorada por condiciones económicas cada vez más calamitosas, incluyendo un mal panorama laboral para los jóvenes palestinos y la expansión de los asentamientos judíos.

A la vez, señaló que las tensiones en sitios sagrados han sido exacerbadas por “declaraciones irresponsables” de elementos extremistas palestinos a israelíes.

Las fuerzas de seguridad israelíes fueron desplegadas masivamente en Jerusalén tras dos semanas de violencia, que se inició el 1.° de octubre, en las que han muerto 39 palestinos, siete israelíes y centenares han resultado heridos.

Los disturbios y ataques hicieron que la jornada del viernes acabara con cinco palestinos muertos, un centenar heridos y un soldado israelí herido en un apuñalamiento.