Israel desmiente acusaciones sobre fosas masivas en Gaza

Israel aclara su postura desmintiendo entierros masivos y alerta sobre posible ‘infiltración’ de Hamás en la agencia de refugiados palestinos

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El ejército israelí se sacude de las acusaciones que sugieren que enterró a cientos de palestinos en un hospital de Gaza, afirmando en su lugar que exhumó los cuerpos para verificar la presencia de rehenes antes de volver a sepultarlos.

“Las acusaciones de que las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) enterraron cuerpos de palestinos son infundadas”, señaló el ejército.

Durante su operación en el hospital Nasser de Jan Yunis, se llevó a cabo una cuidadosa inspección de los cuerpos enterrados por palestinos, solo en los lugares señalados por los servicios de inteligencia como posibles sitios de rehenes. El ejército asegura “preservar la dignidad de los fallecidos en todo momento” y que “los cuerpos examinados, al no ser de rehenes, volvieron a ser colocados en sus lugares”.

La Protección Civil de la Franja de Gaza informó que desde el sábado se exhumaron 340 cadáveres que fueron enterrados por las fuerzas israelíes en fosas comunes en el hospital Nasser de Jan Yunis, algunos de ellos con las manos atadas por la espalda.

La ONU instó a una investigación internacional sobre estas denuncias, mientras que el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, expresó su preocupación por las imágenes de fosas comunes, aunque indicó que no puede confirmar su autenticidad.

Los hospitales de Gaza son frecuentemente blanco de operaciones militares israelíes desde el inicio del conflicto, considerados como bases del movimiento islamista Hamás. El conflicto se desató el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas llevaron a cabo una incursión que resultó en la muerte de unas 1.170 personas en el sur de Israel y el secuestro de unas 250, según datos oficiales israelíes recopilados por esta agencia.

Tras un intercambio de rehenes por prisioneros palestinos durante una tregua de una semana a fines de noviembre, 129 personas permanecen cautivas en Gaza, de las cuales 34 habrían fallecido, según las autoridades israelíes.

La ofensiva israelí hasta el momento cobró la vida de 34,183 personas, en su mayoría civiles, según el ministerio de Salud de Gaza, que está bajo el control de Hamás desde 2007.

Infiltración profunda

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Oren Marmorstein, emitió un comunicado de prensa para desmentir la información errónea publicada recientemente, así como para abordar una posible infiltración en la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Marmorstein afirmó que “Hamás se ha infiltrado tan profundamente en la UNRWA” que ya no es posible distinguir claramente entre la organización y el grupo extremista.

El comunicado señala que “más de 2,135 trabajadores de la UNRWA son miembros de Hamás o de la Jihad Islámica Palestina (JIP)”, y que aproximadamente “una quinta parte de los administradores escolares de la UNRWA son miembros de Hamás”. Israel advierte que el problema con la UNRWA en Gaza no se limita a unos pocos individuos, sino que representa un problema estructural, considerándola como un “un árbol podrido y venenoso cuyas raíces son Hamás”.

El informe de Catherine Colonna, según el comunicado, “ignora la gravedad del problema y ofrece soluciones cosméticas que no abordan el enorme alcance de la infiltración de Hamás en la UNRWA”. Israel critica este enfoque como un “esfuerzo por evitar el problema y no abordarlo de frente”.

El gobierno israelí insta a los países donantes a abstenerse de transferir fondos a la UNRWA en Gaza, argumentando que estos recursos eventualmente “irán a parar a la organización terrorista Hamás, y eso viola la legislación de los propios países donantes”. En cambio, Israel solicita que los fondos se transfieran “a otras organizaciones humanitarias en Gaza”.

El comunicado concluye enfatizando que la UNRWA en Gaza no forma parte de la solución para la región, ni en el presente ni en el futuro, y hace un llamado a explorar otras alternativas para abordar las necesidades humanitarias en la zona.