Irak denuncia matanza de 200 personas por yihadistas

Eran miembros de tribu Albu Nimr, que habita en la provincia de Al-Anbar

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Bagdad. AFP y EFE. Más de 200 sunitas hostiles a los yihadistas del Estado Islámico (EI) fueron asesinados por este grupo radical en los últimos 10 días en Irak, lo cual eleva a por lo menos 332 las muertes en condiciones similares.

Autoridades del Gobierno de Irak y otras fuentes locales precisaron el domingo que las víctimas murieron en la provincia iraquí de Al-Anbar (oeste) y pertenecían a la tribu sunita Albu Nimr.

El coronel de policía Shaaban al Obaidi dio a conocer un balance de más de 200 muertos, mientras que Falé al- Esawi, vicepresidente del consejo provincial de Al-Anbar, habló de 258 muertos.

Las víctimas, “entre ellas, mujeres y niños”, son “todas de la tribu Albu Nimr” y murieron “en estos últimos tres días”, según Esawi.

Según las autoridades, más de 50 cadáveres –entre ellos, de niños y mujeres– fueron encontrados en un pozo de agua.

Además, el EI mantiene secuestrados a al menos 65 miembros de esa tribu, a los que considera “prisioneros de guerra” y a los que acusa de colaborar con el Gobierno iraquí y de combatir a su lado en Al-Anbar, informó el Ministerio de Derechos Humanos del país.

Agregó que los radicales han saqueado ganado y propiedades del clan, con el argumento de que pertenecen a un líder de los llamados Consejos de Salvación (milicias suníes progubernamentales) .

El jeque de Albu Nimr, Naim al-Kaud, denunció, por su parte, el “nuevo crimen ” de los extremistas, en alusión a la muerte de un centenar de miembros de su clan.

La mayoría de las víctimas murió por heridas de bala y otras fueron decapitadas con espadas, según al-Kaud, quien agregó que entre los fallecidos también había policías y milicianos.

El jueves anterior, los yihadistas ejecutaron a 150 policías y milicianos de ese clan en Hit y un día antes hicieron lo mismo con más de 40 en la misma localidad.

El EI, autor de violaciones, secuestros y ejecuciones –tanto en Irak como en Siria– no reivindicó estos actos. El grupo controla el 85% de la provincia de Al-Anbar.

Los ultrarradicales sunitas mantienen una ofensiva en Siria e Irak, en partes de cuyos territorios pretenden erigir un califato , según lo anunciaron en junio. Allí quieren imponer una visión rigurosa del islam, intolerante con cualquier otro credo, inclusive sunitas moderados o chiitas.

Sangre en Bagdad. De la violencia en Irak no escapa Bagdad, donde un atentado con coche bomba contra peregrinos chiitas dejó al menos 13 muertos, según fuentes de seguridad y médicas.

Los feligreses se preparaban ayer para salir rumbo a la ciudad santa de Kerbala, con motivo de una importante conmemoración religiosa del chiismo.

La explosión, que causó también unos 29 heridos, se produjo en el barrio al-Ilam, en el sudoeste de Bagdad, donde se habían reunido los peregrinos antes de la gran fiesta anual del Ashura.

Los chiitas están camino de Kerbala para esta ceremonia que conmemora la muerte, en el año 680, del imán Huseín , una de las principales figuras del chiismo.

En ocasión del Ashura, los yihadistas sunitas suelen aumentar sus ataques contra los chiitas, pero este año la amenaza es potencialmente mayor, ya que el grupo EI ha conquistado parte del territorio iraquí, incluyendo zonas cercanas a la carretera entre Bagdad y Kerbala.

Por último, también en Bagdad, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, condenó el domingo la destrucción “bárbara” del patrimonio cultural de Irak, donde los yihadistas dañaron antiguos monumentos en los territorios que controlan.

Irak posee “miles de templos, edificios, sitios arqueológicos, objetos que son un tesoro para toda la humanidad”, manifestó Bokova.

“No podemos aceptar que este tesoro, esta herencia de la civilización, sea destruida de la forma más bárbara”, fustigó.

El grupo El, que lanzó una ofensiva en junio en la que tomó numerosos territorios iraquíes, ha destruido templos, iglesias y manuscritos en Mosul, Tikrit y otras zonas de Irak por considerarlos idolátricos o heréticos. También ha hecho excavaciones en sitios arqueológicos para vender objetos al extranjero, en lo que Bokova calificó de “limpieza cultural”.