Hoy hace 50 años: Alzamiento militar en Argentina terminó sin un tiro

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Texto original publicado por La Nación el 10 de octubre de 1971.

Dos poderosos regimientos blindados y otra unidad, que se habían rebelado contra la autoridad del gobierno militar del Presidente de Argentina, Alejandro Lanusse, se entregaron ayer a las tropas leales, sin disparar un tiro. La rebelión de bolsillo, desestimada por el resto de las fuerzas armadas, revistió características de ópera bufa desde el momento en que estalló en Azul y Olvarría, ciudades vecinas del interior, unos 320 kilómetros al sudoeste de esta capital.

Para el medio día de hoy, sin que hubieran transcurrido ni 24 horas, el autotitulado levantamiento “nacionalista, social y cristiano” se había venido estrepitosamente abajo. El único hecho de violencia se registró en un pequeño puente cercano a Azul, que fue volado parcialmente por lo rebeldes en un esfuerzo por cortar el paso a las fuerzas leales que avanzaban. Cuando unos 10.000 soldados leales comenzaron a converger en la zona rebelde, el coronel Manuel Alejandro García, comandante de la unidad acorazada de Azul y líder de los insurrectos, se entregó repentinamente.

Otros oficiales rebeldes siguieron el ejemplo, y en un plazo de dos horas todos sus efectivos militares se colocaron bajo el mando de generales adictos al gobierno de Lanusse, establecido hace siete meses. El Presidente que dijo que el levantamiento era obra de un puñado de oficiales “burdamente reaccionarios”, parecía esta tarde tener el dominio completo de la situación.

El único militar con fuerzas a su mando, fuera de la zona Azul-Olavarría, que apoyó a los rebeldes fue el coronel Luciano Juan Lauría, comandante de un regimiento de infantería en la provincia de Formosa, unos 1.600 kilómetros al norte de la zona insurreccional. Sus hombre, sin embargo, se negaron a seguirle y quedó detenido.

En otras noticias:

Falsifican licencias para conducir vehículos

Un número no determinado de licencias para conducir varios tipos de vehículos motorizados, fueron falsificados por tres hombres, uno de los cuales fue capturado ayer por el detective Mario Vargas Luna. El agente, que tiene tres semanas de trabajar en el caso, entrevistó a numerosas personas que fueron sorprendidas por los falsificadores de licencias.

Los malhechores trabajan en connivencia con el dueño de una pequeña imprenta en la cual, al parecer, fabrican las fórmulas de ese documento, alterado posteriormente con datos y firmas de funcionarios. Todos los detalles son falsificados. Este es un caso exactamente igual al que descubrieron los detectives hace varios meses, el cual fue enviado a conocimiento de las autoridades judiciales.

La policía de investigación dijo que no se podía suministrar detalles amplios porque la investigación no ha concluido. Sin embargo, se supo que por lo menos dos de los complicados en la falsificación anterior, aparecen involucrados en ésta.

Con lanchas armadas buscan al alemán prófugo

Dos lanchas del gobierno debidamente artilladas rondan los caños y ríos de la península de Osa en busca del desaparecido yate “Ta-aroa”, propiedad del señor Jack Suderland, asesinado a tiros junto con su esposa la tarde del 26 de setiembre pasado, posiblemente por un alemán, que vivía en Costa Rica desde 1962.

Este se hizo acompañar por dos jóvenes a quienes se mencionó como secuestradas, lo cual fue desvirtuado por las autoridades. Las lanchas del gobierno esperan “cazar” la embarcación que en apariencia, dirige torpemente el alemán, quien desconoce en la práctica las técnicas de navegación.

La Dirección de Detectives dijo ayer que esto induce a sospechar que el yate no puede haber viajado hacia el mar abierto, porque el alemán, las dos mujeres y el niño que el hombre rapto en San José, correrían peligro.