Hermanos Musulmanes designan líder provisional tras captura de su jefe en Egipto

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El Cairo

Los Hermanos Musulmanes de Egipto nombraron el martes un jefe interino para sustituir a su guía supremo, Mohamed Badie, detenido por la noche por el gobierno instalado por los militares que derrocaron al presidente islamista Mohamed Mursi.

La detención asesta un duro golpe al movimiento islamista creado hace 85 años, que desde hace seis días protagoniza una mortífera demostración de fuerza con la policía y el ejército que ya dejó más de 900 muertos, en su mayoría manifestantes pro-Mursi, y cientos de detenidos.

"Mahmud Ezat, jefe adjunto de los Hermanos Musulmanes, asumirá la función de guía supremo del grupo de forma temporal después de que las fuerzas de seguridad del sangriento golpe militar detuvieran al guía supremo, Mohamed Badie", por un período de 15 días, indicó la página web del Partido de la Justicia y la Libertad (PJL), formación política de los Hermanos Musulmanes.

Para Karim Bitar, director de investigación del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), de París, Ezat "tiene la reputación de ser un halcón". "Podría tratarse de una señal para mostrar que se puede responder al autoritarismo con otro autoritarismo", añade.

Los Hermanos Musulmanes ya habían indicado que Badie solo es "un individuo entre los millones que se oponen al golpe de Estado", dando a entender que el movimiento continuaría su movilización contra la destitución y la detención de Mursi el 3 de julio por parte del ejército.

Las televisiones locales, adheridas a la causa del ejército y a favor de la violencia aplicada contra el "terrorismo de los Hermanos Musulmanes", emitieron imágenes en bucle en las que podía verse a un Mohamed Badie postrado y ataviado con una galabiya, la larga túnica blanca tradicional egipcia.

Badie, de 70 años, que solo apareció una vez en público desde el derrocamiento de Mursi, fue detenido el martes de madrugada en un apartamento de El Cairo y conducido a la prisión cairota de Tora, donde se encuentran sus dos adjuntos, Jairat al Shater y Rashad Bayumi, con quienes será juzgado el domingo por "incitación al asesinato" de manifestantes anti Mursi.

Desde el comienzo de las manifestaciones pro Mursi, miles de miembros de los Hermanos Musulmanes fueron detenidos, entre ellos algunos responsables como el jefe de su partido político y expresidente del Parlamento, Saad al Katatni, también encarcelado. Badie comparecerá ante la justicia el domingo.

En la cárcel de Tora también se encuentra detenido Hosni Mubarak, el presidente expulsado del poder por una revolución popular a principios de 2011. Este último se encuentra en prisión por un solo caso de corrupción tras haber obtenido la libertad condicional en otros tres al haberse superado el periodo máximo de detención preventiva.

En cuanto a Mursi, que está detenido por el ejército en un lugar secreto desde su derrocamiento, fue acusado de "complicidad de asesinato" y de "torturas" contra manifestantes el lunes.

Nada parece detener al ejército en su represión contra los Hermanos Musulmanes, que desde 2011 ganaron las primeras elecciones legislativas y presidenciales libres del país. Esto podría llevar de nuevo a los islamistas a la clandestinidad y provocar un regreso a los años negros de 1990 con su sangrienta violencia.

En los últimos días, la espiral de violencia se aceleró con la muerte en menos de 24 horas de 25 policías en el atentado más sangriento de los últimos años contra las fuerzas de seguridad en la península del Sinaí y la de 37 detenidos de los Hermanos Musulmanes, asfixiados por gases lacrimógenos en un furgón penitenciario. El campo de Mursi denunció un asesinato, mientras la ONU exige una investigación.

Las manifestaciones de los partidarios del Mursi son reprimidas violentamente desde que las fuerzas de seguridad desalojaron el 14 de agosto sus dos campamentos en El Cairo, dejando unos 600 muertos en todo el país en la jornada más violenta desde la revuelta de 2011.

A pesar de las condenas de la comunidad internacional, el jefe del ejército y nuevo hombre fuerte de Egipto , el general Abdel Fatah al Sisi, insistió el domingo en que su país no "cederá" ante los "terroristas".

Los países de la Unión Europea, que dijeron estar dispuestos a "reexaminar" sus relaciones con El Cairo, celebrarán el miércoles una reunión ministerial.

Estados Unidos lanzó el lunes un llamado a la reconciliación en Egipto y dijo que sigue analizando el futuro de la ayuda de 1.500 millones de dólares anuales (1.300 millones para el ejército egipcio) que suministra al país, aunque reconoció que su capacidad de influencia es "limitada".

En cambio, Arabia Saudí aseguró que los países árabes están dispuestos a compensar cualquier pérdida de ayuda occidental a Egipto , y Catar, que apoya a Mursi, envió un segundo cargamento gratuito de gas natural licuado.

A pesar de que el estado de emergencia y el toque de queda decretados el miércoles siguen en vigor, El Cairo, una megalópolis de 20 millones de habitantes, recuperó prácticamente la normalidad en su día a día, solo perturbada por la presencia de tanques en las grandes arterias de la ciudad.