Hamás, nada qué perder y mucho por ganar

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Gaza. AFP El movimiento islamista palestino Hamás, perjudicado por una crisis económica crónica en la franja de Gaza y por la caída de los Hermanos Musulmanes en el vecino Egipto, tiene muy poco que perder y mucho que ganar en este nuevo conflicto con Israel, según varios analistas.

Aunque los bombardeos israelíes han dejado más de 160 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, y han dañado el aparato militar de Hamás, el movimiento islamista está lejos de perder la partida.

“Con esta guerra, Hamás quiere demostrar que todavía puede defender a la población”, apunta Akram Atalah, un experto independiente.

Según este analista, si Hamás consigue de Israel algunas concesiones en eventuales negociaciones de paz, como el levantamiento total o parcial del bloqueo en vigor desde 2006 , el movimiento islamista será “más popular y económicamente más importante”.

Hamás, que controla este superpoblado territorio palestino de 360 km² y 1,2 millones de habitantes, ha recibido un golpe tras otro estos últimos meses.

Sin apoyo. En primer lugar, perdió el apoyo de los Hermanos Musulmanes egipcios después del derrocamiento y detención en julio de 2013 del presidente islamista Mohamed Mursi y la llegada al poder del artífice de esta caída, el actual presidente egipcio Abdel Fatá al-Sisi.

Tras la caída de Mursi, Egipto destruyó los túneles de contrabando entre el Sinaí egipcio y la franja de Gaza, y cerró también el puesto fronterizo de Rafá.

Pese al acuerdo de reconciliación firmado el 23 de abril con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, que condujo a un gobierno de unidad en los Territorios Palestinos, Hamás, que mantiene el control de la seguridad en Gaza, se encuentra aún más aislado.

“Sea cual sea el resultado de la guerra, Hamás no tiene nada que perder”, indica Mujaimer Abú Sada, profesor de Políticas en la Universidad Al-Azhar de Gaza.

“Hamás quiere volver al terreno político tras la destitución de Mursi y más de un año marginados”, añade Abu Sada.

“Ya no gobiernan y el dinero ya no llega ni por los túneles ni por los impuestos”, subraya.

A pesar de las elevadas pérdidas humanas y materiales, el movimiento islamista reivindicó la “victoria” después de sus enfrentamientos con Israel (2008-2009 y 2012), que le permitieron reforzar su autoridad en Gaza y conseguir un aumento de la ayuda internacional para la franja, cuyo índice de pobreza en 2011 era del 39%.

Mayor influencia. Si Hamás gana de nuevo ahora una apuesta similar, volverá a convertirse en benefactor de Gaza.

“Hamás considera que las pérdidas y la sangre vertida en la guerra le otorgarán una mayor influencia”, estima Adnan Abú Amer, profesor de la Universidad Umma de Gaza, para quien el movimiento palestino podría ganar terreno frente a Abás.

El movimiento islamista podría beneficiarse además de un acercamiento con el Egipto de al- Sisí, quien hasta el momento parece haberse esforzado bastante menos que otras veces en mediar para obtener un alto el fuego.

“Hamás espera que el conflicto y sus víctimas en Gaza pongan en un aprieto a Egipto y conduzcan a la apertura de un canal de comunicación de alto nivel” con este país, explicó Abú Sada.

No obstante, se enfrenta también con un gran riesgo. Si fracasa su estrategia podría perder el control de la Franja a manos de grupos islamistas más radicales.