Guerra hunde a mitad de la población siria en la pobreza

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Damasco AFP La guerra ha hundido la economía de Siria, dejando a más de la mitad de la población en la pobreza sin sistemas de educación ni salud, de acuerdo con un informe de Naciones Unidas.

Según este documento, que cubre los dos últimos trimestres de 2013, tres sirios de cada cuatro viven actualmente en la pobreza y más de la mitad (54,3%) en la extrema pobreza.

Cerca del 20% de la población no puede cubrir sus necesidades básicas en las regiones en guerra, por lo que sufren hambre y desnutrición.

El desempleo ha pasado del 10,3% en 2011 al 54,3% en el último trimestre del 2013.

Desempleo. Cerca de 2,67 millones de sirios han perdido el trabajo desde el inicio del conflicto en marzo del 2011, lo que afecta a 11 millones de personas que dependían de esos ingresos.

Las provincias más afectadas por esta catástrofe se encuentran en el noreste de Siria. Se trata de las gobernaciones de mayoría kurda de Hasaka y Raka, en manos de los yihadistas ultrarradicales del Estado Islámico de Irak y de Levante (EIIL) donde la tasa de paro se eleva al 65%. En cambio, las menos afectadas son las que menos han sufrido los embates de la guerra, sobre todo las provincias occidentales de Tartus y Latakia.

“Siria está destrozada por el desempleo”, dice Alex Pollock, director de microfinanzas de la Agencia para los Refugiados de Palestina y Oriente Próximo (UNRWA), que ha trabajado con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Centro Sirio de Investigación política para realizar este informe.

El consumo privado cayó 25,5% el último trimestre de 2013 pues los gastos de las familias se limitan a lo más esencial, como son los alimentos y alquileres para las personas desplazadas.

Esto se ha agravado por una inflación que se eleva al 178% desde 2011.

El PIB se contrajo un 41% con relación a 2010, lo que supone una pérdida estimada de 70.880 millones de dólares desde el inicio de la crisis. Su estructura también ha cambiado ya que el comercio interno y los servicios gubernamentales representan la mayor parte del producto interno bruto (PIB) ante el desplome de la agricultura y la industria.