Gobierno negociará con ELN para sellar paz definitiva en Colombia

Partes analizarán garantías para la participación rebelde en la vida política

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Caracas y Bogotá. AFP, EFE y AP. El Gobierno de Colombia, que desde el 2012 negocia un acuerdo de paz con las FARC, procurará enterrar definitivamente más de medio siglo de conflictos armados con la puesta en marcha de un proceso similar con la otra guerrilla del país: el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

La administración del presidente Juan Manuel Santos y la cúpula del ELN anunciaron, el miércoles en Caracas, el inicio formal de un proceso de paz con sede en Ecuador, pero que también se realizará en Venezuela, Chile, Brasil y Cuba.

Estos países y Noruega serán los “garantes” del proceso, indicó el acuerdo suscrito en la Cancillería venezolana.

El anuncio es la culminación de más de dos años de conversaciones exploratorias. No se puntualizó cuándo comenzarán las negociaciones.

Las partes “han convenido instalar una mesa pública de conversaciones (...), con el fin de suscribir un acuerdo final para terminar el conflicto armado y acordar transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad”, señaló una declaración leída por los jefes de las delegaciones: Frank Pearl, por parte del Gobierno, y Antonio García, por el ELN.

Minutos después, el presidente Juan Manuel Santos expresó que los procesos de paz con las FARC y el ELN son muy distintos, dada la naturaleza de cada grupo armado, pero que el fin del conflicto “es solo uno”.

También advirtió de que, al igual que con las FARC, en la negociación con el ELN, el Gobierno tiene unas “líneas rojas” que no ha traspasado ni piensa hacerlo “ni un solo milímetro”.

Delimitaciones. Por ejemplo, precisó, no se trata de temas de discusión con las guerrillas ni los modelos económicos y políticos del país, ni el régimen de propiedad privada, ni asuntos relacionados con la doctrina militar y la fuerza pública.

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La agenda de conversaciones entre las partes gravitará sobre la participación de la sociedad en la construcción de la paz y la democracia, las reformas que se requerirán para “superar la pobreza, exclusión social, la corrupción, la degradación ambiental” , así como la búsqueda de equidad, el resarcimiento de las víctimas del conflicto, su finalización y la implementación de lo acordado.

Respecto al fin de las hostilidades, las delegaciones discutirán las condiciones de seguridad para el ELN, garantías de su participación en política en la eventualidad de que se selle el acuerdo y la situación de los guerrilleros del grupo que están en prisión.

El anuncio también prevé el esclarecimiento del fenómeno del paramilitarismo, aunque Santos señaló que no se creará una nueva comisión de la verdad, ni un nuevo tribunal para la paz, ni una nueva misión internacional de verificación.

Al igual que con las FARC –expuso– el fin último del proceso con el ELN es que sus integrantes hagan política sin armas.

Cada delegación estará integrada por 30 representantes y en las sesiones de la mesa se permitirá la participación de hasta 10 personas por grupo. El Gobierno financiará con sus propios recursos a su delegación, mientras que el ELN contará con un fondo financiado con cooperación internacional.

Como condición para iniciar el proceso formal de negociación, el Gobierno exigió al ELN la liberación de dos personas que tenía en su poder: el militar Jair de Jesús Villar y el civil Ramón José Cabrales, quienes fueron entregados en días pasados.

“Un proceso con el ELN significa que Colombia tiene la oportunidad de cerrar completamente los 52 años de conflicto armado”, declaró Kyle Johnson, analista del International Crisis Group (ICG) .

Ahora que el Gobierno y las FARC están en la recta final para sellar un acuerdo, “el posconflicto no sería completo en todas las regiones del país sin un proceso de paz exitoso con el ELN”, consideró el académico.

El arzobispo de la ciudad de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, calificó de fundamental el inicio del proceso de paz con el ELN “para consolidar lo que se ha venido construyendo en La Habana” , en referencia a las conversaciones entre el Gobierno y FARC.

En ello coincide Carlos Lozano, director del semanario Voz , quien cree que “la paz en Colombia tiene que ser integral. Hay que incluir a todas las guerrillas (porque) cada una tiene sus propias características e incluso su propio origen. (Si no es así), es muy difícil resolver el tema de la paz total” .

En tanto, el senador colombiano Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo (izquierdista), dijo que “es un gran día para la paz de Colombia porque ya podemos hablar no solamente de paz estable y duradera sino de paz completa, estable y duradera” .

Pero la senadora Paloma Valencia, del movimiento político Centro Democrático (opositor), que critica las negociaciones con las guerrillas, expresó su desacuerdo y opinó en Twitter que “el gobierno (de Santos) instala mesa de negociación como premio a la violencia del ELN. Da vergüenza con las víctimas y dolor por Colombia” .