Gobierno de Temer en Brasil pierde su tercer ministro

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Brasilia

El Gobierno interino de Brasil sufrió este jueves la tercera baja en su gabinete con la dimisión del ministro de Turismo, Henrique Eduardo Alves, provocada por la misma acusación que causó las otras dos renuncias y que también implica al presidente Michel Temer en el esquema de corrupción de Petrobras.

En todos los casos, la crisis que se ha instalado en el Gobierno interino de Temer, que comenzó el 12 de mayo cuando Dilma Rousseff fue suspendida de la Presidencia para atender a un juicio político, responde a una misma declaración.

El autor fue Sergio Machado, expresidente de Transpetro, una subsidiaria de Petrobras, que en un acuerdo de cooperación judicial reveló la forma en que durante unos doce años ayudó a financiar campañas electorales con dinero de la corrupción.

Alves ya figuraba en una lista de medio centenar de políticos que son investigados por esos asuntos, pero la acusación de Machado, cuyo contenido fue publicado este miércoles por la Justicia, precipitó su renuncia.

Según Machado, el ahora exministro de Turismo, quien curiosamente ocupaba ese mismo cargo en el Gobierno de Rousseff, recibió para una campaña electoral 1,5 millones de reales ($428.500) de empresas que, a cambio de esos favores, obtenían contratos amañados con Transpetro.

La acusación que Machado hizo contra Alves es casi idéntica a la que ha formulado contra Temer en esa misma declaración.

Machado afirmó que Temer le pidió ayuda para financiar a un candidato a alcalde del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en 2012, cuando era vicepresidente del país en el Gobierno de Rousseff y presidía esa formación.

Temer le salió al paso el mismo jueves y, en un inusual pronunciamiento por televisión, la calificó de "irresponsable, mentirosa y criminal" y garantizó que no dejará que "pase en blanco".

También aseguró que "alguien que hubiera cometido el delito irresponsable" de valerse de dinero de la corrupción para campañas electorales "no tendría condiciones para presidir el país".

El expresidente de Transpetro, que también fue senador por el PMDB y conoce esa formación por dentro, dijo que acordó con Temer la misma cantidad de dinero que dice haber entregado a Alves y que la responsable del pago fue la constructora Queiroz Galvao, una de las que actuó en la red de corrupción que operó en Petrobras.

Alves es el tercer ministro que pierde Temer en las cinco semanas que lleva en el poder en lugar de Rousseff, un período que, para el trauma político que causó, era hasta demasiado calmo hasta que se desató el torbellino provocado por la acusación de Machado.

En su carta de renuncia, Alves rechaza las acusaciones y explica su decisión en la necesidad de "no crearle problemas al Gobierno de salvación nacional", como define Temer a su gestión.

Hasta su divulgación por la Corte Suprema, algo del contenido de la declaración de Machado se había filtrado a cuentagotas y causado la dimisión de dos ministros, al ritmo de uno por semana en cuestión de quince días de auténtico vértigo para Temer.

El primero fue el senador Romero Jucá, uno de los hombres de más confianza de Temer y designado ministro de Planificación, pero que duró apenas diez días.

Fue derrumbado por una grabación que Machado hizo y entregó a la justicia, en la que afirmaba que una vez que Temer sustituyera a Rousseff en la Presidencia se debería "delimitar" la investigación en Petrobras.

Una semana después cayó el ministro de Transparencia, Fabiano Silveira, a quien Temer le encargó nada menos que el combate a la corrupción y cuya voz apareció en otra grabación hecha por Machado, aconsejando líneas de defensa a un sospechoso de la corrupción petrolera.

La acusación de Machado implica a una veintena de dirigentes de cinco formaciones, incluido el Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff, pero sobre todo salpica a influyentes líderes del PMDB.

Entre ellos figura el presidente del Senado, Renán Calheiros, quien este jueves hizo durísimas críticas al procurador general, Rodrigo Janot, uno de los responsables de la investigación en Petrobras y que llegó a pedir su detención preventiva, negada por la Justicia.

Calheiros anunció que estudiará en breve la demanda de dos abogadas que han exigido la destitución de Janot, por razones que no reveló, que desató una dura reacción de fiscales del Ministerio Público, según las cuales el procurador solo cumple su deber "de forma imparcial y de acuerdo con la ley".