Gobierno de India impulsa construcción de templo para reforzar nacionalismo hindú

Se erigirá en un lugar donde hubo una mezquita que fue destruida; para los hindúes, es el sitio de nacimiento del dios Rama

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ayodhya, India. El primer ministro indio, Narendra Modi, puso en marcha el miércoles la construcción de un polémico templo en un lugar marcado por las tensiones religiosas, un signo de un nuevo avance del nacionalismo hindú en el país.

La fecha elegida coincide con el primer aniversario de la revocación de la autonomía de la Cachemira india, una región de mayoría musulmana, otra de las promesas de los nacionalistas hinduistas cuando llegaron al poder en el 2014.

La construcción de un templo hindú dedicado al dios Rama en la ciudad de Ayodhya (norte) y el cambio de estatuto de Cachemira refuerzan el proyecto político del nacionalismo hindú, que se aleja todavía más de la idea de un país laico y multirreligioso que existía tras la independencia en 1947.

Narendra Modi, de 60 años, participó llevando una mascarilla en una ceremonia religiosa en Ayodhya para celebrar el inicio de la construcción del templo.

Ver más

"Una espera de siglos se termina hoy", dijo tras la ceremonia en un discurso ante un grupo de ascetas hindúes. "Toda India es una celebración, ha sido escrita una historia de oro".

Modi estaba acompañado del monje radical Yogi Adityanath, ministro jefe de Uttar Pradesh, y del jefe de la Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS, Organización de Voluntarios Nacionales), un grupo paramilitar donde nació el hinduismo político y donde se formó el actual jefe de Gobierno.

Disputa religiosa

Tras años de polémica, la suerte del templo de Ayodhya fue decidida en noviembre pasado por el Tribunal Supremo.

Los jueces designaron este lugar, donde se encuentran las ruinas de una mezquita destruida por extremistas, para construir un templo hindú y ordenaron que se proporcione otro terreno a la minoría musulmana.

Varios grupos hindúes afirman que este terreno de 1,1 hectáreas situado en estado de Uttar Pradesh es el lugar de nacimiento del dios Rama y pedían desde hace tiempo la construcción de un templo en su honor.

Según ellos, el emperador musulmán Babur construyó aquí en el siglo XVI la mezquita Babri luego de destruir un santuario antiguo dedicado a Rama.

La campaña sobre Ayodhya alentada por los nacionalistas hindúes desde los años 1980 culminó con la destrucción de la mezquita Babri, el 6 de diciembre de 1992.

Mas de dos mil personas murieron en los enfrentamientos religiosos tras la destrucción, los peores desde el fin del gobierno colonial británico en 1947.

El inicio de la construcción del templo de Rama “no es solo un nuevo templo, sino el signo que la estructura constitucional fundamental de India está cambiando”, manifestó el intelectual Pratap Bhanu Mehta.

Nilanjan Mukhopadhyay, biógrafo del primer ministro indio, cree que Narendra Modi “pasará a la historia de manera permanente gracias a este templo”.

Tensión en Cachemira

El miércoles 5 de agosto es también el primer aniversario de la revocación de la autonomía de la Cahemira india, donde existe una insurrección desde hace años.

Desde entonces, la región está dividida en dos territorios controlados por la capital.

El martes se impuso el toque de queda en la Cachemira india para evitar posibles manifestaciones y el miércoles las calles estaban vacías, vigiladas por tropas con armas pesadas, indicaron periodistas de la AFP.

Para conmemorar la fecha, varias ciudades de Pakistán organizaron "marchas de solidaridad" con la Cachemira india.

“India se reveló al mundo, una vez más, como un opresor y un agresor”, expresó el jefe del Gobierno pakistaní, Imran Khan, quien lideró una de esas manifestaciones en la Cachemira pakistaní.