Fiscalía de Brasil investiga a Lula por tráfico de influencias

Se sospecha que intervino a favor de constructora para lograr contratos

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Brasilia. EFE, AP. El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que salió indemne de pasadas investigaciones por corrupción cuando estuvo en el poder, será investigado por tráfico de influencias a favor de una importante constructora después de concluir su mandato, informó ayer la Fiscalía.

Los fiscales investigan las acusaciones según las cuales la intercesión de Lula ayudó a la constructora Odebrecht a obtener contratos de proyectos multimillonarios de infraestructura en Panamá, Venezuela y otros países.

También tratan de determinar si Lula persuadió a líderes extranjeros para que otorgaran contratos millonarios inflados a Odebrecht , y si presionó al Banco de Desarrollo de Brasil para que diera a la compañía más de $1.000 millones en créditos con bajas tasas de interés desde 2011, cuando terminó su mandato.

Las investigaciones, abiertas oficialmente el 8 de julio, arrojan indicios de que Lula influyó en el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para que financiase proyectos de la constructora en otros países latinoamericanos y africanos, principalmente en Cuba y República Dominicana, entre el 2011 y el 2014.

La Fiscalía investiga varios viajes que llevó a cabo Lula a países como Panamá, Venezuela, República Dominicana y Ghana, que fueron costeados por Odebrecht, empresa que admitió haber pagado algunos de esos viajes, pero negó que el expresidente fuera su consultor.

Viajes pagos. Luego de concluir su segundo mandato, Lula desarrolló una intensa actividad de conferencista tanto en Brasil como en el extranjero y, según Odebrecht, ese era el fin de los viajes que pagó al exsindicalista que presidió Brasil entre 2003 y 2010.

Después de las investigaciones preliminares y de que Lula presentó sus alegatos, la oficina del Ministerio Público Federal en Brasilia decidió abrir el “proceso de investigación penal”.

En un comunicado, el BNDES también negó la interferencia del exmandatario en los procesos del banco de fomento.

La investigación podría desembocar en un juicio a Lula, aunque también la Fiscalía podría archivar la causa si considera que no tiene suficientes indicios para elevarla a un tribunal.

El fiscal Valtan Furtado, uno de los responsables por la investigación, solicitó acceso a las pruebas del caso de corrupción que tiene en su eje a la petrolera estatal Petrobras y por el que están siendo investigadas las mayores constructoras de Brasil, entre ellas Odebrecht, Andrade Gutiérrez, OAS y Camargo Correa.

Lula no está siendo investigado por el caso Petrobras, aunque ya han sido detenidos algunos dirigentes políticos cercanos, entre ellos Joao Vaccari, el extesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) , fundado por el expresidente.

Ese caso se refiere al amaño de contratos de Petrobras con constructoras y proveedoras y al reparto de sobornos millonarios entre partidos y políticos.

Este jueves, el empresario Julio Camargo, uno de los reos confesos que colabora con la investigación sobre el gigantesco escándalo, acusó al presidente de la Cámara Baja, diputado Eduardo Cunha, de pedir soborno a cambio de contratos con la petrolera.

La acusación fue hecha en un interrogatorio al que Camargo, exconsultor de la constructora Toyo Setal, fue sometido ayer.

El empresario afirmó que Cunha le exigió el pago de $5 millones para facilitar un contrato por $1.200 millones que Petrobras le adjudicó a la Toyo Setal. Cunha lo negó.

Por su parte, Lula da Silva salió airoso del escándalo de pago de sobornos a parlamentarios y financiación ilegal de campañas destapado en 2005, durante su primer mandato, y por el que fueron condenados 25 políticos y empresarios, algunos de ellos muy cercanos a Lula.

Por ese caso fueron condenados José Dirceu, quien en el momento de los hechos era ministro de la Presidencia y trabajaba codo con codo con Lula, además de los que eran entonces presidente y tesorero del PT, José Genoino y Delubio Soares, respectivamente.

El Tribunal Supremo consideró que Dirceu fue el “jefe” de la organización criminal y descartó enjuiciar a Lula por falta de pruebas.

A pesar de que este caso haya salpicado a personalidades tan próximas a Lula, el exsindicalista fue reelegido en 2006 y su sucesora en el PT, Dilma Rousseff, ganó las dos presidenciales siguientes.