Bolivia va hoy a elecciones con el presidente Evo Morales como claro favorito. El país llega a estos comicios luciendo estabilidad económica, política y social, aspectos determinantes en la intención de voto. Así lo explica el politólogo y director regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe, Daniel Zovatto. Este es un extracto de la conversación:
¿Cuál es la situación política y social de Bolivia en la que tienen lugar las elecciones?
Bolivia ha venido experimentando, en los últimos dos gobiernos del presidente Evo Morales, una tasa de crecimiento económica muy importante. Este año va a crecer alrededor del 5,6%, o sea, va a ser una de las tasas de crecimiento económico más altas de la región. Sin embargo, pese a todas estas buenas noticias, vemos en Bolivia un panorama bastante vulnerable. Bolivia, pese a todos estos avances significativos que ha tenido, sigue siendo el país más pobre de América del Sur. Hay aún una serie de asignaturas pendientes muy importantes pese a los avances significativos en materia social y económica.
¿A qué se debe el alto apoyo a Evo Morales en las encuestas? ¿Qué factores lo podrían llevar a su reelección?
Estamos viendo a nivel de la elección presidencial que Evo es una avalancha; todas las encuestas están determinando que va a ganar por una diferencia de 40 puntos. La reelección del mandatario en primera vuelta no está en duda; lo único que está en duda en esta elección es si va a lograr o no los dos tercios en cada una de las cámaras (diputados y senadores), lo cual le daría l una fuerte mayoría en ambas cámaras para gobernar con independencia de la oposición. ¿Qué explica este éxito tan rotundo? La estabilidad política que Evo ha logrado junto con la estabilidad social que le ha permitido la estabilidad económica. Además, el presidente tiene ventaja y compite con una oposición débil y fragmentada.
¿Qué pasa con la oposición en Bolivia? ¿Por qué no toma fuerza?
Bolivia entró en una crisis muy importante; el modelo que venía teniendo era el de una democracia pactada que entró en crisis profunda con la salida abrupta del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada y esto generó una situación de mucha inestabilidad política y económica, y que abrió las puertas para la llegada del presidente Evo Morales a partir del 2005.
”Desde entonces, la oposición ha permanecido fragmentada y no ha tenido la capacidad de unirse. El problema es la oposición misma porque no ha sabido adecuarse ni reinventarse de cara al nuevo escenario económico, político y social que vive Bolivia”.
¿Podría caer en una situación similar a la de Chávez con respecto al apego al poder?
El tema central aquí es si Evo va a verse tentado a pasar como Chávez de la reelección consecutiva a la reelección indefinida. La tentación en este tipo de regímenes que son ampliamente concentradores de poder, que tienen la tendencia de construir partidos hegemónicos y que tienen un alto de grado de personalización, es a tratar de permanecer en el poder durante muchos años. Esa es la tentación; ese el virus.
¿El sistema político de Bolivia está consolidado?
El sistema político tiene que hallar contrapesos. Vemos que hay una excesiva concentración política en un partido que se está volviendo cada vez más hegemónico, como es el MAS, con un liderazgo cada vez más personalista, como es el de Evo.