Estados Unidos despachará 1.500 soldados más a Oriente Medio

Gobierno de Trump insiste en que es parte de una respuesta a las amenazas de Irán

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Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes que Estados Unidos enviará unos 1.500 soldados adicionales a Oriente Medio en un contexto de tensiones crecientes con Irán.

La escalada de la presencia militar estadounidense se produce tras la decisión, a principios de mayo, de enviar una fuerza de tareas con portaaviones y bombarderos B-52, en una demostración de fuerza ante lo que Washington considera un plan inminente de ataque por parte de Teherán.

También sucede en momentos en que el gobierno de Trump planea ignorar las restricciones del Congreso para vender armas a Arabia Saudí, un aliado cercano de Estados Unidos y el mayor enemigo de Irán en la región.

"Esta es una respuesta prudente a las amenazas creíbles de Irán", dijo el secretario interino de Defensa, Patrick Shanahan.

Por su parte, el presidente Trump, quien aprobó el despliegue, calificó la medida de "protectora".

“Queremos tener protección en Oriente Medio”, recalcó el mandatario antes de partir a Japón.

"Vamos a enviar un número relativamente pequeño de tropas, en su mayoría preventivas", añadió. "Serán unas 1.500 personas".

El nuevo despliegue incluye aeronaves de reconocimiento, aviones de combate, ingenieros y la ampliación de la presencia de un batallón de defensa de misiles Patriot.

Los funcionarios del Pentágono dijeron que los 1.500 soldados adicionales son despachados en respuesta a los recientes incidentes ocurridos en la región, que los servicios de inteligencia de Estados Unidos vincularon con Irán.

Entre estos incidentes está el ataque con cohetes el 19 de mayo a la zona verde de Bagdad, un sector bajo extremas medidas de seguridad donde se encuentran la embajada de Estados Unidos y las sedes del Gobierno y del Parlamento iraquíes.

Además, los hutíes apoyados por Irán reivindicaron un ataque con drones que dañó el 14 de mayo un oleoducto en Arabia Saudí, dos días después de un misterioso sabotaje de cuatro buques, entre ellos dos petroleros saudíes, en la entrada del Golfo.

“Vemos esto como una campaña”, manifestó el vicealmirante de la Marina estadounidense Michael Gilday, jefe del Estado Mayor Conjunto del Pentágono.

A la defensiva

Gilday destacó que la presencia militar ampliada de Estados Unidos en la región está a la defensiva con la intención de atender una supuesta amenaza de Irán.

Los funcionarios estadounidenses dijeron que el objetivo era dar una mayor protección a las 70.000 fuerzas estadounidenses desplegadas en Medio Oriente y Afganistán, y también enviar un mensaje a Irán para que se abstuviera de los ataques.

"Creemos que a través de la combinación de un despliegue muy medido de activos y mensajes públicos, estamos otra vez tratando de subrayar que no buscamos hostilidades con Irán", dijo.

Gilday aseguró que los movimientos de Estados Unidos han tenido cierto impacto. La primera vez que Washington se enteró de la supuesta intención de Teherán de lanzar ataques, emitió una severa advertencia "en cuestión de horas" a través de un tercero.

Sin embargo, la administración de Trump continúa recibiendo críticas por no demostrar con claridad la necesidad de una escalada.

Los miembros del Congreso también se mostraron molestos porque Trump está pasando por alto el bloqueo en la entrega de armas letales a los saudíes. "Más tácticas sin absolutamente ninguna estrategia", tuiteó el senador demócrata Chris Murphy.

Pompeo alegó este viernes que la administración eludió el Congreso para vender armas por $8.100 millones a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Jordania para “desalentar una agresión iraní”.

“Esas ventas apoyarán a nuestros aliados, aumentarán la estabilidad en Oriente Medio y ayudarán a esas naciones a disuadir y defenderse ante la República Islámica de Irán”, arguyó en un comunicado.

Pero las autoridades del Pentágono subrayaron que Estados Unidos no busca la guerra con Irán.

"No consideramos que estas capacidades adicionales fomenten las hostilidades. Las consideramos de naturaleza defensiva", dijo la subsecretaria interina de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional, Katie Wheelbarger.

“Nuestra política sigue siendo un esfuerzo económico y diplomático para que Irán vuelva a la mesa de negociación, para alentar un acuerdo global que aborde la cadena de comportamientos desestabilizadores en la región”.