El tráfico de humanos es un gran negocio en el sudeste de Asia

Un barco con 400 personas puede generar $800.000 a los traficantes

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Koh Lipe, Tailandia. AFP. A Salim le pidieron algo más de mil dólares por escapar en barco de Birmania, pero los traficantes, desorganizados por la nueva mano dura del Gobierno tailandés, abandonaron la nave con sus pasajeros y lo que era un lucrativo negocio.

Las redes que lucran con ese trasiego desde hace años en el sudeste asiático, se extienden del oeste de Birmania, pasando por las zonas costeras de Bangladés, hasta las costas del sur de Tailandia.

Según el método empleado por los traficantes, el dinero de los emigrantes se exige a la llegada al país de destino, con frecuencia Malasia, donde la mayoría de los rohingyas, minoría musulmana perseguida de Birmania, y de los bangladesíes que huyen de la miseria, esperan refugiarse.

Traslado o secuestro. En Tailandia, los traficantes recogen los frutos de su negocio. Según los grupos de defensa de los derechos humanos, una vez en el sur del país, los emigrantes son retenidos en campamentos en medio de la selva, a la espera de que amigos o familiares paguen entre $2.000 y $3.000 por su liberación. Otros son vendidos a industrias en Malasia.

Una embarcación con 400 personas a bordo representa una ganancia total de $800.000 según Freeland , una ONG que ayuda a la Policía tailandesa a investigar las redes de trata de seres humanos.

Cuando salieron de Birmania, Salim y sus compañeros no podían saber que Tailandia estaba a punto de desmantelar numerosos campamentos en el sur del país y, por tanto, de cortar las vías de acceso usadas hasta la fecha.

“Aún no he pagado nada. Nosotros queremos ir a Malasia”, explicó este hombre de 30 años desde un barco a la deriva, cerca de las costas tailandesas.

Tailandia lanzó, a principios de mayo, una serie de operaciones en el sur del país, en plena selva, contra los campamentos de tránsito utilizados por los traficantes, donde fueron descubiertas varias fosas comunes.

La nueva política de Bangkok ha desatado una reacción en cadena y los traficantes han huido, abandonando a [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150515_0021]]los emigrantes[[END:INLINEREF]] por centenares en el mar o en los campamentos en la selva.

Desde principios de mayo, las autoridades han emitido más de 60 órdenes de arresto y se ha transferido a más de medio centenar de policías.

“La mayoría de traficantes de Birmania y Malasia afirman que los jefes tailandeses son quienes se llevan la mejor parte de este comercio” que genera alrededor de $250 millones desde el 2012, manifestóó Matthew Smith, de la ONG Fortify.

Tras las medidas del Gobierno tailandés, toda la filial se ha visto sacudida. El 8 de mayo, en la región de Cox Bazar en Bangladés, donde viven cerca de 300.000 refugiados rohingyas, tres supuestos traficantes murieron en un tiroteo con la policía.

Empujados por la falta de trabajo, la pobreza y la desesperación, numerosos rohingyas también están implicados en las redes de traficantes de personas.