Río de Janeiro
En la playa de Copacabana unas esculturas de arena de mujeres con prominentes gluteos atraen a turistas y curiosos, pero una asociación pretende prohibirlas alegando que alientan el turismo sexual en Río de Janeiro, sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
Jassim al-Alawadhi detiene su bicicleta para tomarse una fotografía delante de una mujer en tanga, de tamaño natural y acostada sobre su vientre, al lado de un gran papa Noel a medio hacer.
Ubiratan dos Santos, de 63 años, es el creador. Desde hace 23 años, se dedica a hacer esculturas de arena en esta zona de la playa de Copacabana .
"He creado a mujeres de todo tipo. Hoy en bikini, mañana de falda. Pretender prohibirlas es una falta de respeto a mi trabajo", considera.
Hay que mojar todo el tiempo las esculturas "porque si hace un poco de viento, ¡se acabó!", explica.
Cuenta que un empleado de la alcaldía vino a pedirle esta semana que abandonara este trabajo, porque algunos habitantes del vecindario lo consideran una incitación a la prostitución.
"No es una buena imagen para la ciudad", confirma a la AFP el alcalde adjunto Bruno Ramos, quien contactó el servicio jurídico de la municipalidad para saber si es legal prohibir las esculturas.
Dos Santos vive en Olaria, en la periferia norte, y mantiene vigilado su trabajo durante las noches para evitar que lo destruyan.