Dilma Rousseff: más que una mujer ‘dura’

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Ser la primera mujer en alcanzar la presidencia de Brasil y haber sido torturada y encarcelada, durante la dictadura militar, le han valido a Dilma Rousseff la calificación de “dura”.

“Soy una mujer dura cercada de hombres blandos”, manifestó la mandataria en el 2009 cuando todavía no ostentaba el cargo que trata de renovar en las elecciones del 5 de octubre.

Rousseff, quien asumió la presidencia en el 2011 con la responsabilidad de sustituir al líder político más popular de la historia brasileña, Luiz Inácio Lula da Silva , se unió a los 16 años a la organización de izquierda Política Obrera. Sin embargo, tras el golpe de Estado que sufrió João Goulart (en 1964) ingresó al Comando de Liberación Nacional, reorganizado posteriormente en la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares, uno de los grupos de resistencia que emprendió la lucha armada contra la dictadura militar (que se mantuvo o en el poder hasta 1985).

En 1970, Rousseff fue detenida, torturada y pasó tres años en prisión. Al ser liberada (tras un indulto), terminó sus estudios en Economía y ocupó varios cargos regionales, hasta que en el 2001 ingresó al Partido de los Trabajadores (PT), desde donde se convertiría primero en ministra de Energía y luego en jefa del gabinete ministerial, durante el mandato de Lula (2003-2010).

Sería el mismo Da Silva, su padrino político hasta la actualidad , quien la elegiría como la indicada para reemplazarlo y darle continuidad a sus políticas. Tras superar las críticas al interior del PT, Rousseff logró un triunfo contundente en segunda ronda y asumió la presidencia en el 2011.

La tarea al frente del Gobierno ha sido compleja. Rousseff ha tenido que enfrentar una economía en desaceleración y una sociedad que exige mejoras en educación, salud y transporte. Dichas exigencias se manifestaron en las marchas masivas que se presentaron en 2013, como reacción a los problemas de transporte y a las inversiones realizadas en la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial de Fútbol.

La administración de Rousseff también ha sido golpeada por escándalos de corrupción, especialmente por los relacionados con el pago de sobornos a funcionarios de la petrolera estatal.