La Habana. AFP y AP. Dominado por los vetustos “almendrones” estadounidenses de la década del 50 y los antiguos Lada de la era soviética, el parque automotor de Cuba se rejuvenecerá con la importación de vehículos, anunciada ayer por el Gobierno de la Isla.
“Serán publicadas durante los próximos días en la Gaceta Oficial nuevas normas jurídicas que pondrán en vigor la política para la importación y comercialización de vehículos de motor”, informó el diario oficial Granma , al anunciar una de las medidas más esperadas de las reformas económicas del presidente Raúl Castro.
El periódico destacó que se libera la importación y venta de motos, autos, furgonetas de carga, camionetas y microbuses, nuevos y de segunda mano, para cubanos y extranjeros residentes en el país.
Esta norma, aprobada dos años después de que Raúl Castro permitió la compraventa de autos usados, ayudará a rejuvenecer el parque vehicular en la Isla, en la que circulan miles de antiguos autos estadounidenses –llamados “almendrones”– que constituyen un atractivo para los turistas.
Hasta la fecha, los cubanos debían tener una carta del Ministerio de Transporte que los autorizaba a adquirir al Estado un automóvil por un valor determinado.
Los permisos los obtenían quienes podían demostrar que contaban con el dinero ahorrado por su trabajo, como médicos, técnicos y diplomáticos que salían del país en misiones internacionales y recibían estipendios suficientes.
“Ahora todo el que tenga el dinero se podrá comprar un carro. Había muchas personas a las que sus familiares (emigrados) les mandan el dinero y no podían hacerlo”, dijo el taxista Freddy Mugercia.
Según Granma , con los impuestos de esas ventas “se creará un fondo especial para el desarrollo del transporte público”, servicio muy deficiente en la Isla.
Estas son las reformas de mayor impacto de las impulsadas por Raúl Castro desde que sucedió en el mando a su hermano enfermo Fidel en el 2006, junto con la aprobación de la compraventa de casas y la nueva ley migratoria , que entró en vigor en enero y permitió a los cubanos viajar al exterior sin pedir permiso al Gobierno.
Para los cubanos, con un salario mensual promedio de $20, tener un auto representa un lujo: un destartalado coche ruso de los 80 puede costar unos $3.000, pero uno bien conservado vale unos $12.000.