Cristianos de Irak tomarán las armas para combatir al Estado Islámico

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Bagdad

Con cruces de madera en el cuello y otros símbolos religiosos tatuados en los brazos, varias docenas de cristianos iraquíes se entrenan en milicias populares para intentar recuperar sus hogares, hoy en manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Hace un año, el EI lanzó una impetuosa ofensiva en el norte de Irak, con la que logró controlar Mosul, la segunda ciudad del país, y varias localidades adyacentes en la provincia de Nívide, donde radica una importante minoría cristiana.

A los residentes se les dio la opción de convertirse al islam o pagar un tributo para poder practicar su fe, bajo amenaza de ser ejecutados. Miles de ellos huyeron, pero otros quieren defenderse y están recibiendo entrenamiento para luchar en una base militar cerca de Bagdad.

Entrenados por chiitas. Allí, un grupo de combatientes chiitas los instruyen sobre cómo usar un fusil AK-47 y cuáles son las maniobras básicas de combate.

Sin embargo, los cristianos conservan sus tradiciones y cuando marchan por el desierto vestidos con el uniforme de combate, entonan el "Ya Mariam", el himno en árabe para rendir culto a la Virgen María.

"Nuestros niños se están muriendo, nuestra familia cristiana está siendo desplazada, ¿cómo podemos aceptar que la gente diga que los cristianos no están luchando? Al contrario, queremos luchar donde sea", afirma Frank Samir, un cristiano caldeo de 17 años, que se alistó como voluntario.

Samir es originario de Bagdad, pero la mayoría de los cristianos de la unidad "El libro de Babilonia" son de Mosul, al norte del país.

En ataque de EI fue el último en una serie de duros golpes a los cristianos iraquíes, muy perseguidos desde la caída del régimen de Sadam Husein en el 2003.

"No dudé en ofrecerme como voluntario con mis hermanos para combatir a EI", cuenta Fares Isa. "Voy a seguir combatiéndolos hasta la liberación de Mosul y hasta su expulsión final de todos los territorios iraquíes", añade este hombre de 38 años, quien antes del conflicto era vendedor de automóviles.

En el campo de entrenamiento hay símbolos cristianos y musulmanes, entre ellos una gran cruz fijada a una pared, carteles que rezan "Dios es grande" y "No hay otro que Dios".

El entrenamiento dura dos semanas y actualmente están en su novena edición. Sin embargo, es un periodo muy corto para poder convertir a los nuevos reclutas en combatientes experimentados, capaces de hacer frente a la amenaza de los yihadistas.

"El principal objetivo es formar un contingente para liberar Mosul", expresa Rayan al Kaldani, secretario general de la unidad "Libro de Babilonia. Él formó parte de las operaciones para liberar Tikrit y también luchó en Baiji, en la provincia de Saladino, al norte de Bagdad.

Los cristianos combatirán bajo el mando del comandante Abu Mahdi al Mohandis, uno de los jefes de las Unidades de Movilización Popular, que agrupa a varios grupos armados, en los que combaten principalmente efectivos chiitas.

El Gobierno confía ahora en estás milicias chiitas, apoyadas por Irán, después de que su propio ejército sufrió contundentes derrotas frente al EI el año pasado.

Según otro comandante de la unidad, que pidió no ser identificado, "hay cientos de cristianos combatiendo en varias áreas de Saladino.

Un hombre que se identificó como Haji Ali, líder de una de las unidades que supervisa el entrenamiento, afirmó que los ejes de la formación son el combate en espacios cerrados, la guerra de guerrillas y los enfrentamientos dentro de las ciudades.

"Tenemos los ojos puestos en Mosul y en las áreas ocupadas por EI", contó Ali.

Para los voluntarios, Mosul es la meta más importante, pero su lucha no se limita a esta ciudad. "Mosul es nuestro principal objetivo", cuenta Raymun Salwan, un joven de 16 años que fue desplazado de la ciudad, pero asegura que también seguirá combatiendo "en cualquier lugar de Irak".