Crisis diplomática entre Arabia e Irán enardece a Oriente Medio

La tensión puede golpear intento por encontrar una salida negociada en Siria

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Riad y Teherán. AFP, EFE y AP. La ejecución de un clérigo chiita en Arabia Saudí, condenado por “terrorismo”, “sedición” y “desobediencia al soberano”, complicó las tensas relaciones entre Irán y ese país, y empujó a tres países de la región a tomar partido por Riad.

El reino ultraconservador, que el domingo rompió relaciones diplomáticas con Irán , dispuso el lunes suspender todos los vuelos entre los dos países.

Poco antes, Baréin y Sudán se solidarizaron con Arabia Saudí y anunciaron la ruptura de los nexos diplomáticos con Teherán , mientras que Emiratos Árabes Unidos (EAU) optó por reducir el nivel de sus relaciones con Irán.

La crisis es objeto de preocupación fuera de Oriente Medio. Estados Unidos, aliado de los saudíes, pero que se ha acercado a los iraníes tras la firma del acuerdo sobre el programa nuclear en julio anterior , pidió “medidas positivas para calmar las tensiones”.

A su vez, Rusia manifestó su anuencia a “ejercer de intermediario entre Riad y Teherán”, dijo una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La crisis entre la monarquía wahabita saudí y la República islámica estalló el fin de semana luego de la ejecución del clérigo chiita Nimr al-Nimr, crítico del régimen de la península.

Su ejecución y la de 46 personas, en su mayoría condenadas por “terrorismo”, provocó una guerra verbal entre Riad y Teherán, y violentas protestas entre la comunidad chiita de varios países como Irak, Líbano, Baréin, Pakistán y la Cachemira india.

El domingo, [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20160103_0007]]Arabia Saud[[END:INLINEREF]]í rompió relaciones con Irán después de que manifestantes iraníes incendiaran dos de sus sedes diplomáticas en protesta contra la ejecución del clérigo.

En consecuencia, la Autoridad de la aviación civil del reino anunció este lunes la interrupción de todas sus conexiones aéreas con la República islámica.

Teherán reaccionó acusando a Riad de avivar las tensiones en la región y afirmando que la ejecución del clérigo chiita fue un “grave error estratégico” de los sauditas.

El lunes, unas 3.000 personas volvieron a salir a las calles de Teherán, gritando consignas contra la familia real saudí y quemando banderas de Estados Unidos e Israel.

En Irak, país vecino de mayoría chiita, miles de partidarios del jequee Moqtada Sadr manifestaron en Bagdad, llamando a su gobierno a romper relaciones con Arabia Saudí.

La escalada entre este país e Irán hace temer por un aumento de la violencia sectaria en Oriente Medio, particularmente en Irak, donde dos mezquitas sunitas fueron atacadas este lunes en el centro del país. Hubo un muerto.

La Liga Árabe se reunirá de urgencia a petición de Riad el domingo para discutir sobre esta crisis.

Irán y Arabia Saudí se enfrentan radicalmente en varios conflictos de Oriente Medio , entre ellos en la guerra civil en Siria, donde Teherán apoya al presidente Bashar al-Asad, y Riad, a las fuerzas rebeldes.

También en Yemen, donde una coalición árabe liderada por los saudíes interviene militarmente contra los rebeldes hutíes chiitas respaldados por Irán.

Impacto sobre Siria. Esta nueva refriega entre Irán y Arabia Saudí despierta temores de que pueda repercutir negativamente en la búsqueda de una solución negociada a la guerra en Siria.

“El conflicto árabe-iraní tendrá sin duda un impacto negativo” en el proceso, anticipó el lunes Samir Nashar, miembro de la oposición siria en el exilio.

Las conversaciones entre representantes del régimen y de la oposición siria, bajo el auspicio de las Naciones Unidas previstas para finales de enero en Ginebra, eran ya de por sí hipotéticas.

Las negociaciones “se anunciaban ya difíciles, casi imposibles, y el conflicto entre Arabia Saudí e Irán endurecerá las posiciones”, agregó este dirigente de la Coalición Nacional Siria.

En Siria, Teherán ha desplegado miles de “consejeros militares” en el terreno, mientras que Riad prometió la caída de al-Asad y apoya financiera y militarmente a grupos insurgentes.

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En esta crisis, ya de por sí enmarañada por el número de actores involucrados como por los diferentes intereses de cada uno, “la rivalidad iraní-saudí ha sido uno de los elementos motores desde el principio”, y su intensificación puede afectar los esfuerzos de búsqueda de una solución política, advirtió Yezid Sayigh, del centro de reflexión Carnegie Middle East Center .

La crisis “borra algunos de los progresos realizados durante las últimas semanas para lograr que Arabia Saudí, Irán y sus socios mantengan conversaciones directas”, consideró, por su parte, Soufan Group , un grupo de análisis con sede en Nueva York.

Negociaciones en Viena desembocaron, por primera vez en casi cinco años de un conflicto que ha dejado más de 250.000 muertos, en la redacción de una hoja de ruta internacional para Siria , adoptada por unanimidad por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el 19 de diciembre.

Ese documento prevé negociaciones intersirias en enero, un gobierno de transición en los próximos seis meses y elecciones en 18 meses.