‘Comenzar la implementación de la paz con Santos es necesario’

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Las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cumplieron su segundo año en noviembre pasado. En la actualidad, las partes debaten en Cuba la reparación de las víctimas , uno de los puntos álgidos de las conversaciones.

Para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, este año podría ser relevante, ya que ve posible ponerle un punto final al enfrentamiento armado que suma cerca de 50 años.

Bajo este contexto, La Nación conversó con el exembajador de Estados Unidos en Colombia, Myles Frechette, quien se refirió al proceso de negociación y a la viabilidad de que Colombia logre mantener la paz. Este es un extracto del diálogo:

¿Cómo analiza el proceso de paz que está llevando a cabo Colombia con las FARC?

Muy audaz. Juan Manuel Santos es una persona que conoce muy bien a Colombia, es una persona que tiene mucha ambición para Colombia y quiere que sea un país más importante en el contexto latinoamericano y en el mundo. Él ha decidido que hay que terminar con esta guerra de guerrillas que lleva aproximadamente 50 años, donde han muerto 220 mil colombianos inocentes. Se calcula también que si se termina el conflicto, la economía va a subir por lo menos dos puntos. Así es que ojalá resulte el proceso. Ahora todavía se tienen los temas más difíciles por delante: el tema de cuándo van entregar las armas, cuáles van a ser las penas por haber matado a tanta gente; eso queda por verse. También hay que considerar que la guerrilla dice que no van a firmar nada donde los obliguen ir a prisión y el Tratado de Roma de 1998 que fundó la Corte Penal Internacional dice que cualquier persona que comete crímenes de lesa humanidad tiene que ser castigado. Así que es un cruce bastante difícil.

¿Colombia está preparada para una participación política de las FARC?

Hay muchos en Colombia que no, que dicen que la guerrilla es criminal y que ha matado a mucha gente. Sin embargo, hay otra gente que dice que una de las maneras de bajar la tensión en el país es dejar que alguna de esta gente participe en un partido político.

”Para llegar a un acuerdo con la guerrilla, la guerrilla exige un precio bastante alto y hay mucha gente que dice que no hay que creerle a la guerrilla, que son unos tramposos.

”Otra cosa que hay que destacar es que una parte de la guerrilla no se va a plegar al proceso de paz y que va a seguir en el narcotráfico, a ellos el gobierno va a tener que capturarlos o matarlos. Imagínese usted, las posibilidades económicas para el país”.

¿Cree que sea posible lograr un acuerdo en este nuevo intento de negociaciones?

Del proceso ya van dos años y más (comenzó en noviembre del 2012) y hay muchas razones, algunas internas, para decir que el año 2015 tiene que ser el año de la decisión. Yo creo que ¿quién quiere estar contra la paz? Todo el mundo quiere que esto funcione, pero la guerrilla es bastante terca. Es gente que ve el Estado de una manera muy diferente que los otros colombianos; así es que va a ser muy difícil y la comunidad internacional exige que esta gente sea castigada. Colombia es un país violento, hay 5,7 millones de desplazados internos por el conflicto armado; esa es la cifra más alta del mundo. Así que todo el mundo está rezando para que esto funcione, pero quién sabe.

En caso de que se logre, ¿podría ser un acuerdo que se sostenga en el tiempo?

Llegar a un acuerdo es difícil, pero no es nunca tan difícil como la implementación. ¿Realmente la guerrilla va a entregar sus armas? ¿Realmente habrá un revolcón en el agro? Lo ideal es que Santos pudiera, por lo menos, empezar el proceso de la implementación; yo creo que eso es absolutamente esencial. El propio gobierno dice que la implementación tardará 10 años; yo le apuesto que va a tomar 15. Así es que si hay un acuerdo, que Santos comience la implementación para que el mundo y los colombianos sigan convencidos de que el Gobierno está empeñado realmente en hacer este cambio.

¿Qué mensaje envía la guerrilla con el cumplimiento del cese del fuego unilateral?

Bueno a ver; hay diferentes criterios. Hay gente que cree que la guerrilla lo está haciendo simplemente para ver si obliga al Gobierno al cese del fuego. También hay mucha gente que dice que la guerrilla está mintiendo, que no tiene la menor intención de hacer eso y hay otros que dicen que no se puede descartar así no más. Nadie sabe; es una gran incógnita, todo el mundo reconoce la dificultad del proceso, pero insistiría en que comenzar la implementación de la paz con Santos es necesario. ¿Por qué? Digamos que los colombianos elijan un presidente que no crea en el proceso ¿qué hacen los colombianos? Y eso es posible.

”Entonces empezar la implementación sería importante para que se vea que esto es un proceso serio porque eso podría influenciar a un nuevo presidente que de pronto no lo convence al 100% el proceso de paz.

¿Cree posible un acuerdo de cese del fuego bilateral?

Yo lo dudo. El hecho es que el último cese del fuego fue fatal para el Gobierno. Todo el mundo se dio cuenta de que la guerrilla había engañado al Gobierno y que Pastrana lucía como un ingenuo. Santos conoce muy bien la realidad colombiana; sin embargo, hay personas que critican el desempeño de él en el primer periodo, sobre todo, con respecto al agro, ha prometido mucho, pero hasta este momento eso no se ha dado. Así que hay mucha duda.

¿Cuál es el sentir de los colombianos sobre el diálogo?

Según los sondeos, la mayoría de los colombianos cree en el proceso de paz, pero muchos de ellos dicen que no le creen ni una palabra a la guerrilla. Así es que hay de un lado un esfuerzo mayoritario de intención de que funcione el proceso, pero también hay otros no tan grandes que dicen ‘¡ojo! de pronto nos van a hacer vernos como tontos’. Ese es el temor. Y hay cosas que pueden influenciar, por ejemplo, si cambiara el gobierno en Venezuela ¿ qué pasa con el refugio que le daba Chávez y Maduro a la guerrilla colombiana? ¿Cambia o no cambia? La política de Cuba con respecto a respaldar el proceso de paz, ¿cambia o no cambia? Yo creo que no va a cambiar.