Bangladés descarta participación del Estado Islámico en toma de rehenes

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Daca

Las autoridades de Bangladés buscaban el domingo pistas y a los cerebros que estuvieron detrás de la sangrienta crisis de rehenes que dejó 26 muertos (incluyendo los seis agresores), en el barrio diplomático de la capital, Daca, pero descartaron la participación del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

La Policía mantenía bloqueado el acceso a las calles próximas a Holey Artisan Bakery, en la zona de Gulshan, donde atacantes fuertemente armados se atrincheraron durante la noche del viernes para torturar y matar a algunos de sus cautivos, entre los que había nueve italianos, siete japoneses, tres locales y un adolescente indio.

Muchos detalles del ataque seguían sin estar claros un día después de que agentes entraron en el restaurante y rescataron a 13 personas. La Policía hizo públicas fotografías de los cuerpos de cinco atacantes, además de sus nombres: Akash, Badhon, Bikash, Don y Ripon.

Aunque las autoridades dijeron que se investigaban los vínculos de los agresores con el Estado Islámico, el ministro del Interior rechazó la posibilidad de los extremistas islámicos fueran los autores del ataque. El Gobierno insiste que el grupo ultrarradical sunita no tiene presencia en el país, y en el pasado ha dicho que cualquier reivindicación de actos de violencia en el país surasiático simplemente son intentos oportunistas de llamar la atención del mundo.

"Todos (los atacantes) son bangladesíes. Proceden de familias ricas, tienen una buena educación", afirmó el ministro, Asaduzzaman Khan.

Según este, los hombres formaban parte del grupo local Jumatul Mujahedeen Bangladesh (JMB, proscrito).

El ministro rechazó una vez más la posibilidad de que el EI esté detrás del ataque, a pesar de su reivindicación del sábado y de la publicación de crudas imágenes de lo sucedido la noche anterior.

Críticas a oposición. Por su parte, la primera ministra del país, Sheikh Hasina, culpó a sus rivales políticos de intentar generar caos con el respaldo a insurgentes locales que libran un sangriento alzamiento que, hasta este fin de semana, consistía fundamentalmente en agresiones de hombres jóvenes, machete en mano, contra individuos a los califican de traidores al islam. Entre sus víctimas hay blogueros ateos, activistas por los derechos de los homosexuales, cooperantes extranjeros y minorías religiosas.

"Nadie que crea en la religión puede realizar un acto así", manifestó Hasina el sábado. "No tienen ninguna religión. Su única religión es el terrorismo" .

El ataque del viernes fue el peor perpetrado por islamistas radicales en un país moderado y de mayoría musulmana con 160 millones de habitantes. Al contrario que en ataques previos, en esta ocasión los asaltantes estaban bien preparados y fuertemente armados con pistolas, bombas y objetos punzantes que, según indicó más tarde la Policía, fueron empleados para torturar a algunos de los 35 rehenes atrapados en el restaurante

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Se pedía a los cautivos que recitasen versos del Corán para demostrar que eran musulmanes, explicó un testigo. Los que pasaron la prueba pudieron comer. Los que no, fueron torturados y asesinados.

El domingo por la mañana, en el primero de los dos días de luto oficial por las víctimas en el país, investigadores de Bangladés y Japón visitaron el restaurante para tomar pruebas.

Embajadas occidentales emitieron advertencias de viaje a sus ciudadanos y aconsejaron a quienes están ya en el país que estén alerta y no se acerquen a lugares frecuentados por extranjeros en la zona diplomática.

La Embajada de Estados Unidos instó a sus ciudadanos y personal a evitar viajar a pie, en motocicletas, bicicletas o vehículos descubiertos donde puedan ser un blanco fácil para atacantes.