Camerún AP Las autoridades ordenaron el cierre de mezquitas y varias escuelas islámicas después de una serie de ataques dinamiteros suicidas en el norte de Camerún, los cuales dejaron por lo menos 60 muertos, anunció el gobernador regional ayer domingo.
A los niños indigentes se les ordenó retirarse de las calles porque hasta ahora todos los atacantes suicidas han sido niños, incluso una pequeña de 13 años fue quien al parecer detonó los explosivos en un ataque el sábado por la noche en un bar de Marua.
Aunque nadie se atribuyó los ataques, las autoridades culpan al grupo extremista islámico Boko Haram, que juró lealtad al grupo Estado Islámico y ha secuestrado a centenares de niñas y mujeres jóvenes.
Un habitante de la zona dijo haber escuchado “una fuerte explosión” y explicó que el ataque tuvo lugar en el bar Le Boucan, muy frecuentado por las noches.
El líder de Boko Haram amenazó atacar Camerún debido a que esta nación ha ayudado a Nigeria en su lucha contra los extremistas.
El ataque más reciente en Camerún dejó un saldo de por lo menos 20 muertos y 85 heridos el sábado por la noche en la ciudad norteña de Maroua.
El gobernador Midjiyawa Bakari dijo que implementaba medidas estrictas después que el refuerzo de las anteriores medidas de seguridad no pudo impedir el segundo ataque.
La ciudad lleva meses sometida a fuertes medidas de seguridad por la amenaza que representa Boko Haram, entre ellas la prohibición de motocicletas por las noches, un medio que los insurgentes usan.
Las autoridades creen que los atacantes suicidas provienen de la vecina Nigeria y el gobernador ordenó “un censo de todos los visitantes en todos los vecindarios”.
Esta realidad llevó a tomar la decisión de aplicar un toque de queda de 8 de la noche a 6 de la mañana, agregó el gobernador.
Los cierres y restricciones han provocado algunas críticas. “Deberían tener mejores soluciones para los problemas”, se quejó Aladji Haman, de 70 años, de la mezquita central de Maroua.
El ministro de defensa, Edgar Alain Mebe Ngo'o, exhortó a los ciudadanos a reportar cualquier hecho inusual.
“La población debe desarrollar una cultura de vigilancia porque Boko Haram ha cambiado de estrategia y debemos estar preparados” , advirtió.