Khao Lak, Tailandia. AFP. Las oraciones, las lágrimas y los solemnes homenajes ante las fosas comunes, marcaron ayer en Asia las ceremonias conmemorativas del décimo aniversario del sunami , que dejó 220.000 muertos o desaparecidos y afectó a 14 países del océano Índico.
El 26 de diciembre del 2004 , un sismo de magnitud 9,3 (el más potente del planeta desde 1960) sacudió las costas de la isla indonesia de Sumatra, y provocó devastadoras olas en el litoral de países asiáticos, como Sri Lanka y Tailandia.
Entre las víctimas se encontraban miles de turistas extranjeros, que aprovechaban en su mayoría las fiestas de final de año para pasar las vacaciones en paradisíacas playas de la región. La mayoría de ellos pereció en las costas del sur de Tailandia: 5.300 víctimas en total en este país, de los cuales la mitad [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20141226_0002]]eran foráneos[[END:INLINEREF]].
Conmemoración. Para este décimo aniversario, muchos de ellos han regresado a los lugares de la catástrofe, en especial a Khao Lak, donde al caer la noche se congregaron centenares de hombres, mujeres y niños.
Cerca de un barco de la Policía, lanzado por la ola dos kilómetros tierra adentro, y que sirve de monumento conmemorativo de la tragedia, centenares de sobrevivientes y familiares de las víctimas portaban velas blancas. Bajo una tenue lluvia, guardaron un minuto de silencio, antes de que el sonido de una trompeta marcara el final de la ceremonia.
En Sri Lanka, país que perdió a 31.000 ciudadanos, se celebró una ceremonia en el lugar donde las olas gigantes se llevaron por delante un tren, que mató a su vez a 1.000 pasajeros, a unos 90 kilómetros al sur de Colombo.
Desde la catástrofe , un sistema de alerta de sunamis se puso en marcha en el 2011, mientras que otros países invirtieron mucho en preparar a la población ante eventuales catástrofes.