México (AFP).
México registró 26.037 homicidios durante el 2012, el último año de gobierno del expresidente Felipe Calderón, una cifra que dobla los asesinatos anuales respecto al inicio de su mandato, informó este martes el oficial Instituto Nacional de Estadística (INEGI).
En el 2012 "hubo 26.037 homicidios en México; es decir, una proporción de 22 por cada 100.000 habitantes", mientras que en 2006, cuando Calderón asumió la presidencia, la cifra se ubicó en 10.452, indicó el INEGI en un comunicado.
Del total de los homicidios registrados el año pasado, 16.491 se cometieron con armas de fuego, mientras que 1.592 fueron por estrangulamiento y 3.400 con objetos cortantes, añadió la institución, que no precisa el número de crímenes accidentales.
Del total de las víctimas, 23.040 eran hombres, 2.774 mujeres y 223 no pudieron ser identificados, añadió el informe.
El INEGI reporta que en 2011 los asesinatos sumaron 27.213, un año antes fueron 25.757, y en 2009 se contabilizaron 19.803.
Desde que el inicio del mandato del presidente Enrique Peña Nieto en 2012 (Partido Revolucionario Institucional, PRI), la secretaría de Gobernación (Interior) publica periódicamente cifras de homicidios que son específicamente relacionados con el crimen organizado.
En su último reporte, que abarca de diciembre de 2012 a abril pasado, Gobernación registró 5.296 homicidios con esas características y aseguró que esto implica una reducción de 18% respecto a los últimos cinco meses de la presidencia de Calderón.
Según el reporte del INEGI, Chihuahua (norte) y Guerrero (sur), dos estados que son escenario de disputas entre narcotraficantes por el control de las rutas para el trasiego de drogas a Estados Unidos, registraron 77 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2012.
En contraste, en Aguascalientes (centro) y Yucatán (este) el indicador apenas llegó a cuatro y dos respectivamente.
Poco después de asumir la presidencia, Calderón (Partido Acción Nacional, PAN) lanzó una ofensiva militar contra los cárteles narcotraficantes que originó una ola de violencia en el país que dejó más de 70.000 muertos durante su mandato, según estimaciones manejadas por la prensa y por el gobierno actual.