Argentina se asa de calor y sufre por los apagones

Tórrido verano austral dispara el consumo y causa cortes de energía

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Buenos Aires. EFE. En medio de una asfixiante ola de calor , la mayor en los últimos 43 años, el consumo energético siguió creciendo ayer abruptamente en Argentina, lo que propició nuevos y prolongados cortes de luz.

Aunque las previsiones apuntaban el viernes a un descenso moderado de las temperaturas, los termómetros alcanzaron los 36 grados Celsius a mediodía en Buenos Aires, donde las fallas en el suministro eléctrico persisten desde hace dos semanas en una decena de barrios, situación que se reproduce en el cinturón urbano bonaerense.

El jefe de gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, volvió a responsabilizar ayer a las empresas distribuidoras de energía Edenor y Edesur, de capitales argentinos –la primera– y españoles –la segunda–, de la caótica situación y de la incapacidad para ofrecer rápidas soluciones a la gente.

Responsabilidad empresarial. Capitanich les recordó que “ tienen un contrato de concesión y tienen que cumplirlo”, pero, de no hacerlo, el Ejecutivo analiza, entre otras “hipótesis”, la de que sean los gobiernos de la ciudad y la provincia los que asuman la gestión.

“ Lo que tienen que hacer las empresas es hacerse cargo, informar y atender a sus clientes y resolver los problemas a los usuarios”, destacó Capitanich.

Acompañado del ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, el jefe de gabinete visitó poco después el centro de llamadas de atención personalizada, dispuesto por el Gobierno, para atender a los afectados por los cortes de luz, independientemente de los puestos en marcha por Edenor y Edesur.

El ministro expresó que “una vez que pase la crisis, producto de la ola de calor”, el Gobierno evaluará “las sanciones, multas y resarcimientos a los usuarios” que le corresponde a cada compañía.

“ Primero, que resuelvan lo más importante, que es lo que tienen que resolver, y después nos vamos a sentar a discutir a ver cuáles son las obras que se hicieron y cuáles se tenían que hacer ”, agregó.

Capitanich y De Vido asumieron la responsabilidad del Gobierno en plena crisis energética, en ausencia de la presidenta Cristina Fernández, quien se mantiene en silencio y sigue descansando con su familia en la casa que posee en la localidad sureña de El Calafate.

Mientras tanto, las protestas ciudadanas contra la pasividad de las autoridades y las compañías eléctricas se suceden en las calles de la ciudad de Buenos Aires y en los municipios más afectados de su área urbana.

Como en las dos últimas jornadas, los vecinos del barrio porteño de Villa Lugano realizaron ayer bloqueos en una de las principales autopistas urbanas, tras más de seis días sin luz ni agua.

La altas temperaturas causaron ya la muerte de tres personas, dos de ellas en la provincia de Santiago del Estero y una en Salta.

Anteayer, el Sistema de Atención Médica de Emergencias de Buenos Aires realizó 1.121 servicios relacionados con la ola de calor, una “cifra récord para este mes del año”, explicó a los medios su responsable, Alberto Crescenti.