54 candidatos se disputan la silla presidencial en Haití

Exdirector del Servicio de Obras Públicas es favorito para ganar comicios

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Puerto Príncipe. AP. Ciudades y pueblos de todo el país están empapelados con coloridos carteles electorales y los haitianos deben tratar de adivinar qué ofrece cada uno de la multitud de candidatos que les sonríen desde todos los rincones.

Todos los cargos públicos estarán en juego en los comicios del 25 de octubre, parte de un proceso sin precedentes que incluye tres rondas de votaciones. Se elegirá un nuevo presidente y se renovarán dos tercios del Senado, las 119 bancas de la Cámara de Diputados y casi todos los cargos locales.

En un país acostumbrado a la turbulencia política como Haití, el desfile de postulantes y lo imprevisible del proceso pueden abrumar a cualquiera.

“Hay tantos candidatos que es imposible prestar atención a todo y ver si alguien tiene buenas ideas. Esto es un verdadero dolor de cabeza”, sostuvo Germithe Merzilus, una secretaria, mientras a su lado pasaba un grupo de militantes con camisetas de un partido.

A menudo se dice que esta pequeña nación caribeña es imposible de gobernar. Sin embargo, mucha gente quiere intentarlo.

Hay nada menos que 54 candidatos a la Presidencia para la primera ronda de fines de octubre. Casi el triple de los 19 que se presentaron hace cinco años.

Intentan suceder a Michel Martelly , quien no puede aspirar a un segundo mandato, ya que en Haití no hay reelección.

El favorito parece ser Jude Celestin, exdirector del Servicio de Obras Públicas, postulado por el oficialismo en el 2010.

En esa ocasión, el recuento inicial de sufragios le dio un lugar en la segunda vuelta a expensas de Martelly, pero ante la presión internacional hubo un segundo conteo en el que Martelly sacó más votos y Celestin quedó fuera de la contienda.

Otros aspirantes notables son un exsenador que ha sido uno de los principales detractores de Martelly, un abogado y notario público y el líder del movimiento político fundado por el expresidente Jean-Bertrand Aristide, una fuerza dominante, pero ahora muy dividida y que fue proscripta en los últimos comicios.

Entre los que podrían dar una sorpresa figuran un senador y empresario que hizo fortuna con una cadena de borlettes , como se denomina a locales donde se vende la lotería de Nueva York.

Con tantos candidatos, es casi seguro que nadie sacará el 50% de los sufragios, por lo que los dos más votados irán a una segunda vuelta el 27 de diciembre.

Dado que los comicios se pospusieron en el marco de disputas políticas, la elección presidencial coincidirá con la segunda vuelta de comicios legislativos a los que se presentaron 1.500 aspirantes de 130 partidos en agosto.

También se repetirán las elecciones locales en 25 distritos donde la votación de hace dos meses se vio manchada por incidentes de violencia, denuncias de fraude e intimidación de electores.

En la segunda ronda presidencial de fines de diciembre habría también más votaciones legislativas y locales.

Vijonet Demero, secretaria general del Consejo Electoral, pronostica que la votación del 25 de octubre estará mejor organizada que la primera ronda de elecciones legislativas de hace dos meses, cuyos resultados fueron dados a conocer recientemente.

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“Hemos aprendido de nuestros errores del 9 de agosto y hemos estado haciendo los ajustes necesarios”, indicó Demero en la sede del Consejo, que supervisa un proceso electoral que costó $69 millones, de los cuales $30 millones los aportó Estados Unidos.

Para empezar, se limitará la cantidad de delegados partidarios presentes en los centros electorales, en un esfuerzo por evitar la intimidación de votantes.

Camino complejo. Los procesos de votación no son fáciles en Haití, un país acostumbrado a los golpes y las dictaduras, que realizó su primera elección democrática en 1990, cuando resultó elegido Aristide, quien fue depuesto por un golpe militar a los ocho meses y derrocado en su segundo mandato por una rebelión popular.

La última década ha sido de relativa estabilidad política, con dos presidentes surgidos de elecciones. Pero persisten las denuncias de fraude y la violencia.

Un informe del Banco Mundial dice que los incidentes violentos en Haití “se producen cuando hay eventos políticos como elecciones y transiciones” y que la estabilidad del país es frágil.

Numerosos analistas consideran que estos comicios son fundamentales para que Haití pueda seguir recuperándose del terremoto del 2010 que devastó la capital y sus alrededores .

A pesar de la ayuda internacional recibida, Haití sigue siendo un país muy pobre en el que el electorado plantea muchas demandas. La mayoría de los haitianos no posee luz ni servicios sanitarios y más de la mitad de los 10,4 millones de haitianos tienen ingresos por debajo del nivel de pobreza, que es de $2,44 al día.