Caracas. AFP. El Gobierno puso fin a un motín en la cárcel venezolana de El Rodeo, donde cerca de mil reclusos estuvieron atrincherados 27 días y una treintena de personas murieron en enfrentamientos, informó ayer el ministro del Interior, Tareck El Aissami.
“Felizmente, hemos resuelto la crisis de manera pacífica. Tenemos control absoluto de las instalaciones y estamos iniciando la fase de requisa para ubicar las armas de fuego”, dijo El Aissami.
En total “831 internos están sanos y a salvo y bajo custodia de las autoridades, que les brindan atención médica y alimentos”, agregó.
Al parecer, la rendición de uno de los líderes de la revuelta y la huida de otro, facilitaron la resolución de la crisis. El Gobierno evitó brindar detalles del descenlace.
Desde su cuenta en el sitio Twitter, el presidente Hugo Chávez elogió el éxito de la operación, pero exhortó a su gobierno a realizar una autocrítica sobre el manejo de los centros penitenciarios bajo control del Poder Ejecutivo.
En junio, militares y policías entraron en la cárcel de El Rodeo, a 40 km de Caracas, donde hubo un violento incidente entre presos.
La violencia desde aquel momento dejó alrededor de 30 fallecidos, la mayoría reclusos, aunque fuentes extraoficiales apuntan que el número de muertos es más elevado. El incidente fue el más sangriento de la última década en una cárcel venezolana.
Según el Gobierno, un pequeño grupo, fuertemente armado, mantenía dominados a casi mil reclusos e impedía que estos se rindieran.
El sistema penitenciario de Venezuela sufre serios problemas de hacinamiento y violencia. Según cifras oficiales, esos penales alojan a casi de 50.000 internos, cuando solo pueden admitir 14.000.