Cinco claves de la moción de censura que obligó la dimisión de Mariano Rajoy

Escándalo de corrupción le costó el puesto al mandatario del Partido Popular

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El Congreso de los Diputados de España aprobó este viernes una moción de censura sin precedentes contra el ahora expresidente Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP).

La destitución deja en la presidencia a Pedro Sánchez del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que vuelve a gobernar España desde que José Luis Rodríguez Zapatero presidiera del 2004 al 2011.

La dificultad para gobernar y un histórico caso de corrupción se juntaron para generar la actual convulsión política en España. Estas son las claves para entenderla.

¿Cómo pasó?

El pasado 24 de mayo la Audiencia Nacional de Madrid dictó la sentencia del caso Gürtel, investigación iniciada desde el 2007 que condenó a 29 de los 37 acusados.

El PP fue condenado por manejar una red de sobornos y adjudicaciones ilegales de contratos a diversas compañías desde la década de 1990 y deberá pagar 245.492 euros. La trama era liderada por el empresario Francisco Correa Sánchez, condenado a 51 años de prisión. Un juego de palabras en alemán con su apellido Correa da nombre al escándalo.

La justicia española condenó además a Pablo Crespo, empresario cercano a Correa, a 37 años de cárcel, a Luis Bárcenas, extesorero del PP, a 33 años, su esposa, Rosalía Iglesias, a 15 años, y Guillermo Ortega, exalcalde de Majadahonda, localidad de Madrid, a 38 años. En total las sentencias suman 351 años.

La sentencia llevó al PSOE a presentar la moción de censura un día después del veredicto, procedimiento que exige que el partido presente al que sería el nuevo jefe de gobierno. El escogido fue Pedro Sánchez.

Los socialistas necesitaban 176 votos de los 350 miembros del Congreso para aprobar la destitución de Rajoy, que fueron logrados con el respaldo de los cinco escaños del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Al final, fueron 180 votos a favor y 169 en contra los que obligaron al PP a cederle el gobierno al PSOE.

¿Por qué importa?

La caída de Rajoy es histórica por diversas razones. Es la primera vez que se aprueba una moción de censura después de cuatro intentos (el segundo contra Rajoy), y también por primera ocasión se escoge un presidente que no es diputado. La causa detonante, el caso Gürtel, ha sido calificado como el mayor escándalo de corrupción que ha visto España.

La Unión Europea (UE), en tiempos de incertidumbre, observa expectante el rumbo que tomará el país tras el cambio de gobierno. El desafío de Sánchez es lograr un gobierno estable en la cuarta economía más grande de la eurozona, mientras Reino Unido completa su salida del bloque e Italia forma un gobierno populista, antisistema y euroescéptico.

Consultada sobre una posible inestabilidad política en España, la vocera de la Comisión Europea, Mina Andreeva, aseguró la “plena confianza” de la Comisión en el nuevo gobierno.

¿Quiénes están involucrados?

El principal impulsor de la moción, Pedro Sánchez, fue candidato a la presidencia en las elecciones del 2015 y el 2016. Los resultados históricamente adversos en el 2016 y la negativa de Sánchez de apoyar la investidura de Rajoy provocaron su peor momento político, su dimisión como secretario general del PSOE y como diputado.

Sánchez volvió a ser el líder socialista en mayo del 2017, tras ganar las elecciones primarias internas, y un año después se convirtió en el séptimo presidente de la democracia española.

Los aliados que encontró el PSOE en el Congreso fueron el izquierdista Podemos, liderado por Pablo Iglesias, y los partidos independentistas PNV, del País Vasco (cinco escaños), y los catalanes Esquerra Republicana y el Partido Demócrata Catalán, que suman 17 escaños.

Mariano Rajoy, criticado por sus políticas de austeridad, era jefe del gobierno español desde el 2011. No se demostró su involucramiento en el caso Gürtel y siempre negó la existencia de financiamiento ilícito organizado dentro de su partido.

Albert Rivera, del partido de centroderecha Ciudadanos, fue el principal aliado del PP en contra de la moción. No obstante, la solicitud de Rivera era la dimisión voluntaria de Rajoy y la convocatoria de elecciones adelantadas. Su principal preocupación era el apoyo al PSOE de parte de los partidos independentistas, movimientos a los que Ciudadanos se opone con vehemencia.

Sánchez, que no apoya la independencia de Cataluña, se ha mostrado abierto al diálogo con los partidos que la promueven. “Este gobierno quiere que Cataluña esté en España, y escuchará a Cataluña”, dijo tras el voto de la moción.

El contexto

España enfrentó meses de alta convulsión política después de las elecciones del 20 de diciembre del 2015, en las que los tradicionales PP y PSOE perdieron gran parte de su apoyo, frente al ascenso de Podemos y Ciudadanos.

En esa ocasión, el conservador PP siguió a la cabeza, pero ganó solo 123 escaños, 63 menos que la legislatura anterior. Fue imposible la formación de coaliciones para llegar a las 176 curules necesarias para formar gobierno, por lo que se debieron convocar a nuevas elecciones.

El 26 de junio del 2016 los resultados fueron más favorables para el PP: 137 diputados. El apoyo de 32 diputados de Ciudadanos y partidos minoritarios permitieron nombrar como presidente a Mariano Rajoy. Sin embargo, las alianzas en el Congreso fueron frágiles y los números este viernes favorecieron la destitución de Rajoy.

¿Qué sigue?

Los socialistas reciben España con un desempleo del 16% y las intenciones independentistas de Cataluña. El obstáculo para Sánchez no es menor: gobernar con apenas 84 diputados, mientras la bancada de 134 diputados del PP sigue siendo mayoritaria. Además, el apoyo que recibió para la moción de censura vino desde diversas posiciones ideológicas, lo que le dificultaría gobernar y aprobar proyectos con fluidez.

“Gobernar con un apoyo tan exiguo sin duda generará inestabilidad”, escribió este viernes el diario El País en su editorial.

El líder socialista prometió que tendrá “como principal prioridad cumplir con los compromisos europeos”, en particular la reducción del déficit, y “ejecutar los presupuestos generales del Estado para 2018”, confeccionados por el gobierno conservador saliente.

Una línea que puede chocar con la de Podemos, pues Pablo Iglesias insiste en una “política social”.

El éxito del gobierno de Sánchez también dependerá de sus relaciones con Cataluña y los independentistas vascos. A cambio de los votos vascos, Sánchez cambiará la posición socialista con respecto a los presupuestos dirigidos al País Vasco que se tramitan en el Congreso.

El diálogo con los nacionalistas vascos podría resultarle difícil de gestionar al nuevo presidente del gobierno, al que la derecha acusa ya de haber pactado con “los amigos de ETA”, en alusión al partido independentista vasco EH Bildu, que apoyó la moción de censura.

En cuanto a Cataluña, Sánchez se ha comprometido a “tender puentes” con el nuevo gobierno regional independentista de Quim Torra, al que hace escasos días tachó de “supremacista” El gobierno de Torra iniciará funciones este sábado, cuando finalice la intervención de la autonomía decretada por Rajoy.