Texto original publicado por La Nación el 27 de marzo de 1972.
El general Fidel Sánchez Hernández, presidente constitucional de El Salvador, recuperó el poder y el hombre que quiso derrocarlo, coronel Benjamín Mejía, comandante del cuartel “El Zapote”, está preso. Sánchez contó con la lealtad de la fuerza aérea salvadoreña que, al mando del coronel Rafael Antonio Herrera y dirigida por el general Fidel Torres, ministro de Defensa, logró reducir a los golpistas de los cuarteles de El Zapote y San Carlos.
La fuerza aérea contó con el apoyo de la guardia nacional, la policía nacional y resguardo fiscal. Los militares que dieron el golpe fueron, además de Mejía, el mayor Arturo Guardado y el coronel Antonio Núñez, mejor conocido como “Toñito” Núñez.
La fuerza aérea tuvo la precisión de no lanzar bombas al centro del cuartel de El Zapote, sino a los lados de este, porque en ese lugar estaba preso el general Sánchez. Cuando se produjo la rendición hubo una gran confusión y muchos de los oficiales golpistas huyeron.
Hubo muchos muertes como resultado de los bombardeos a zonas rebeldes. Se usaron los “Corsarios” que fueron comprados para la guerra con Honduras en 1969. Se lanzaron bombas sobre El Zapote y San Carlos y los alrededores mientras los asustados vecinos huían de las casas. Hubo algunos muertos civiles que fueron alcanzados por las bombas. Un número conservador, según encuestas hechas ayer, sitúa los muertos entre 125 y 150, y los heridos entre 190 y 250. De estos, el 25% eran civiles.
En otras noticias:
Queja contra guarda de la CCSS
Don Alejandro Jiménez, vecino de Turrialba, se apersonó a nuestras oficinas para quejarse de mala atención de uno de los guardas del hospital de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Afirmó que había llevado a su señora en estado grave, y que cuando se apersonó con ella al nosocomio, por razones que no viene al caso comentar, se entabló una discusión con el oficial.
“Este, entonces, decidió llamar a la guardia rural para apresarme”, dijo. Añadió que gracias a la intervención de enfermeras y médicos del hospital, su detención no pasó de ser más que una lamentablemente amenaza, “una acción sin sentido y ultrajante”, explicó.
Al terminar, afirmó que era necesario que las autoridades superiores de la Caja tomen en cuenta asuntos como este, lo investiguen, den con el responsable y decidan lo que mejor conviene a la institución, la cual debe ser considerada y servicial con “quienes no llegamos a pedir limosnas, sino a recibir una pequeña parte de la considerable cantidad de cuotas que pagamos, ahora más elevadas que antes”, terminó diciendo.
Hombre falleció por apagar incendio en potrero
En Santa Rita de Pozón, en el cantón de Orotina, Alajuela, ocurrió un lamentable suceso cuando don Jorge Castillo, de 90 años de edad, murió abrasado por el fuego que quiso extinguir en un potrero.
Al parecer, el señor Castillo se dio cuenta que el elemento amenazaba propiedades, animales y su propia vida. Entonces, antes de que tomara mayor fuerza, decidió hacerle frente con un recipiente pequeño. Desgraciadamente, tanto por su edad, como por la fuerza del fuego, Castillo sucumbió sin que nadie pudiera salvarlo.
Avisadas las autoridades de policía y judiciales de lo ocurrido, se apersonaron al lugar. Allí ordenaron levantar el cadáver y trasladarlo a la morgue judicial. El asunto, no obstante los datos anteriores, se puso en conocimiento de los investigadores.