Cartera de Justicia de EE. UU. impidió cerrar operación de armas en México

Durante el trabajo, los agentes perdieron el rastro a mucho armamento

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Washington. EFE. La Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de EE.UU. (ATF) pidió en marzo del 2010 una salida a la operación Rápido y Furioso, que permitió desde 2009 el trasiego ilegal de armas a México, pero afrontó la oposición del Departamento de Justicia, dijo ayer el diario Los Ángeles Times.

De acuerdo con el rotativo, el “número dos” de la ATF, William Hoover, estaba muy preocupado porque, dentro de esa fallida operación encubierta para localizar a los destinatarios del contrabando de armas de fuego hacia México, sus agentes habían perdido el rastro a centenares de armas.

Además, cinco meses después de iniciada la operación Rápido y Furioso, las autoridades aún no habían presentado cargos.

Entonces, Hoover convocó una reunión de emergencia en la que pidió una “estrategia de salida” para poner fin a la operación, en vista de que la agencia encargada de combatir el contrabando de armas estaba ahora permitiendo la venta y traslado ilegal de armas al sur.

Pero los presentes en la reunión, incluyendo un funcionario del Departamento de Justicia, “no quisieron frenar las ventas ilegales de armas hasta que tuviesen algo que mostrar por sus esfuerzos”, detalló el diario estadounidense.

Hoover sugirió un plan de salida en un plazo de 60 a 90 días para acabar para siempre con la operación, una vez que se presentaran los primeros cargos federales, agregó.

Pero esos cargos solo se presentaron 10 meses después de iniciada la operación y para entonces, dijo el diario, las autoridades recuperaron dos armas semiautomáticas tras el asesinato de un agente de la Patrulla Fronteriza al sur de Tucson (Arizona, EE. UU.) y otras 200 armas fueron localizadas en varias escenas de crímenes en México.

“Probablemente debí ser más enérgico con eso, sin duda. Probablemente debí montarme en un avión hasta Phoenix (Arizona) y reunirme con el equipo allí y el equipo de la fiscalía” para tratar el asunto, expresó Hoover al diario.

Las autoridades de la ATF pusieron en marcha Rápido y Furioso en 2009, en momentos en que la Administración del presidente estadounidense, Barack Obama, quería frenar el contrabando de armas que nutren la narcoviolencia en el vecino México.

Mientras tanto, el Departamento de Justicia, del que depende ATF, quería enfocarse más en los principales carteles de droga y menos en los contrabandistas en menor escala, según el diario.

Rápido y Furioso, que además ha suscitado tensiones entre Washington y México, es ahora objeto de sendas investigaciones por parte del Departamento de Justicia y del Congreso de EE. UU.