Cameron aboga por vigilar correos electrónicos

Alega que lagunas en seguridad obligan a controlar mensajes y llamadas

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Londres. EFE. El primer ministro británico, David Cameron, defendió ayer un plan del Gobierno para vigilar las llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos de la población porque, asegura, hay “lagunas importantes” en la seguridad del país.

Según Cameron, espera presentar próximamente en el Parlamento este proyecto de ley, con la finalidad de combatir el terrorismo y el crimen organizado.

El jefe del Gobierno conservador señaló que su obligación es “hacer todo lo que sea necesario” para mantener la seguridad del país.

Esa posición la exteriorizó al tiempo que Gran Bretaña despachaba hacia las islas Malvinas un destructor, justo cuando se recuerdan 30 años de la guerra con Argentina por ese disputado territorio.

Cameron aclaró que “se respetarán” las libertades civiles, si bien insistió en que hay que hacer frente a las lagunas a la hora de proteger al Reino Unido de las amenazas.

“Hay que mantener seguro al país del grave crimen organizado y también de las amenazas terroristas que hemos afrontado y aún afrontamos”, arguyó.

El martes, el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, también defendió este plan debido a los avances tecnológicos.

El líder liberaldemócrata señaló que los terroristas y criminales utilizan nuevos sistemas de comunicación, como el servicio de llamadas con video por Internet Skype, pero puntualizó que la Policía no accederá al contenido de los mensajes o las llamadas.

Según el plan, los datos que se recabarán de la población en el centro de escuchas de Cheltenham, y cuyas actividades son secretas, incluyen la hora y la duración de cada llamada telefónica, así como los destinatarios de correos electrónicos y mensajes de texto.

Políticos y organizaciones defensoras de los derechos civiles han censurado el programa gubernamental, porque consideran que viola el derecho a la privacidad de la ciudadanía británica.

Tensión con Argentina. Mientras, ayer zarpó hacia el Atlántico sur uno de los destructores más modernos de Gran Bretaña.

El HMS Dauntless, cuyo despliegue fue anunciado en enero por el Gobierno, partió dos días después de cumplirse el 30 aniversario del comienzo de la guerra por las Malvinas, cuando casi 900 personas murieron, la mayoría argentinas.

Numerosas personas asistieron al puerto de Portmouth a despedir a la tripulación del buque, uno de los seis nuevos destructores Tipo 45 de la Marina británica, equipados con un avanzado sistema de navegación que hace difícil que pueda ser detectado por radar. Ayer mismo, además, el Parlamento cubano apoyó con una declaración oficial el reclamo argentino sobre las Malvinas donde expresó que la devolución de esos territorios significará “un acto de descolonización”.