Cambios estructurales para dar campo a vías

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Barrios, ríos y centros históricos de Latinoamérica han desaparecido para dar paso a los carros

Las capitales del subcontinente han tenido que transformarse para darle vía al auto particular. La mayoría tuvo que adelantar expropiaciones y desalojos de casas en ciertas zonas para construir puentes y carreteras.

En algunos casos, estos procesos retardan la culminación de obras, como ocurre con la carretera de Circunvalación en San José de Costa Rica, que lleva 60 años en construcción y aún el Gobierno debe lidiar con expropiaciones para concluirla.

Mientras que en Buenos Aires (Argentina) la demora en el inicio de la avenida Circunvalación generó de nuevo la ocupación de terrenos que ya habían sido recuperados por la administración.

En Lima (Perú), un cruce vial también quedó a medias, pues debía pasar por un parque de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que se opuso a la obra.

Pero los Gobiernos locales han acudido a acciones de mayor envergadura con tal de ampliar los corredores y descongestionar. En San Juan (Puerto Rico), Ciudad de México y Sao Paulo, ríos completos han sido tapados por vías.

Un viaducto en México, por ejemplo, requirió entubar el río La Piedad y fue hecho para unir la ciudad de oriente a occidente. Cuando fue inaugurado, los carros alcanzaban entre 70 y 80 km/h, pero hoy la velocidad en horas pico es 11 km/h.

Las autopistas de segundo piso también son una solución para mitigar el tráfico. En Brasil, a la avenida Minhocao se le debió construir un segundo nivel, pues no había posibilidades de ampliación.

Ahora, en este sector de Sao Paulo, los carros viajan a solo dos metros de las ventanas de los apartamentos y, por ser tan invasiva, la avenida se cierra por las noches.

El anillo periférico en México y su segundo piso, que se levantó por la cantidad de carros que lo utilizaban, lleva más de 50 años esperando ser terminado. La causa, según el cronista y arquitecto Jorge Legorreta, de Ciudad de México, se debe a que “cada administración quiere borrar lo que hizo la anterior”.

Una de las transformaciones más complejas la vivió San Juan de Puerto Rico, que retiró adoquines con 300 años de historia y las murallas que se construyeron durante la Conquista española para darle paso a los vehículos.

Luego de esta medida, el impacto y las consecuencias en el centro de la ciudad han sido tan grandes, que ya varias iniciativas, como The Walkable City buscan peatonalizar la zona y que los carros den paso a las personas en ciertos puntos.

“Puerto Rico es el único sitio en el mundo que tenía un tren que le daba la vuelta a todo el país y lo quitaron para darle paso al automóvil”, señaló, por su parte, el alcalde de San Juan, Jorge Santini.

Un caso insólito ocurre en la vía Expresa, en Lima, donde se proyecta instalarle techo a una de las vías más rápidas de la ciudad, para crear 1.200 estacionamientos por la alta demanda de parqueo en este sector.

Esta obra tendría un costo de $60 millones e incluiría zonas verdes y de comercio.