Brasilia. AFP. La presidenta Dilma Rousseff, una exguerrillera que fue encarcelada y torturada en la dictadura, inauguró ayer la Comisión de la Verdad que investigará las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen militar (1964-1985) en Brasil.
“Brasil merece la verdad, las nuevas generaciones merecen la verdad y, sobre todo, merecen la verdad aquellos que perdieron a amigos y parientes, y que continúan sufriendo como si muriesen de nuevo cada día”, aseveró Rousseff, con la voz entrecortada de la emoción al mencionar a los familiares de las víctimas.
Todos los presidentes vivos que ejercieron después de la dictadura asistieron al evento en el palacio presidencial: Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), Fernando Collor de Mello (1990-92) y José Sarney, actual presidente del Senado (1985-90).
La presidenta invistió a los siete miembros de la Comisión, que durante dos años investigarán hechos como la desaparición forzada de personas y violaciones de DD. HH. en la dictadura, aunque bajo la condición de no levantar la amnistía de 1979 que impide enjuiciar y encarcelar a los represores .