Bloqueo de ocho países impide frenar pruebas nucleares

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Viena. EFE y AFP. Con la prueba ejecutada ayer por Corea del Norte, el planeta ha sufrido ya 2.055 explosiones atómicas en los últimos 68 años, unos experimentos cuyo veto definitivo está pendiente de la decisión de solo ocho países.

El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT) fue aprobado en 1996 por la Asamblea General de la ONU con un mecanismo para poder entrar en vigor: que fuera ratificado por todos los 44 Estados que en aquel momento disponían de armas o reactores nucleares.

Desde entonces, 183 países han firmado el documento y 159 lo han ratificado. De los países que disponen de tecnología nuclear, 36 ya dieron el paso, incluidas tres potencias con arsenal nuclear: Francia, Reino Unido y Rusia.

La pelota ha quedado en el tejado de ocho naciones. Estados Unidos, China, Egipto, Irán e Israel han firmado, pero no ratificado el documento. Pakistán e India, que realizaron su última prueba nuclear en 1998, y Corea del Norte, que lleva tres desde 2006, ni siquiera forman parte de él.

Solo buenas intenciones. Este complicado mecanismo para que el Tratado sea vinculante se decidió porque “los países querían tener garantías de que todo el mundo estaba a bordo”, según explicó Annika Thunborg, portavoz de la Organización del CTBT, el órgano que promueve la firma del tratado y su cumplimiento.

Pese a que la aplicación del Tratado sigue en el aire, esta oficina de la ONU destaca la importancia de su mera existencia.

“Tenemos un Tratado que funciona, una norma que no ha sido violada más que por un país en la última década (Corea del Norte). Tenemos un sistema que funciona y que asegura que ninguna explosión nuclear se quede sin detectar”, argumentó Thunborg.

La portavoz explicó que el proceso de ratificación depende de múltiples factores, tanto de política interna, como de equilibrio de fuerzas a nivel regional.

Por ejemplo, destacó que Barack Obama ha insistido en su apoyo a ratificar el Tratado, una voluntad que se ha topado con el “obstáculo” del Senado, cuyo aval es obligatorio al tratarse de una cuestión de seguridad nacional.

Por su parte, China ha dejado claro que no se adherirá plenamente hasta que EUA no lo haga.

Israel, que rehúsa igualmente a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), dispone– según expertos militares extranjeros– entre 100 y 300 ojivas nucleares. Pero el Estado hebreo, que aplica desde hace 40 años una doctrina de “ambiguedad deliberada”, jamás lo confirmó ni lo desmintió.

Irán, que domina el enriquecimiento de uranio, es acusado por las potencias occidentales de llevar adelante en secreto un programa nuclear con fines militares, lo que Teherán niega.

Siria, Egipto, Nigeria y Taiwán son sospechosos de llevar a cabo actividades nucleares militares. En un informe en junio de 2011, la AIEA afirmó que el sitio sirio de Dair Alzur, destruido por la aviación israelí en el 2007, albergaba “muy probablemente” un reactor nuclear no declarado.