Australia se prepara para reñidas elecciones

Laboristas anticipan elecciones para afianzar mayoría en Parlamento

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Sídney.AFPLa primera ministra laborista Julia Gillard, una abogada soltera, atea, feminista y republicana, pone en juego su cargo mañana en las legislativas australianas frente al liberal Tony Abbott, un personaje comunicativo, católico ferviente y experiodista.

Los sondeos no dieron una clara ventaja a ninguno de los dos al cabo de una insípida campaña.

Gillard, de 48 años, que convocó a elecciones anticipadas para afianzar la mayoría en el Parlamento, se convirtió en junio en la primera mujer en acceder al cargo de primer ministro, tras una rebelión interna en el laborismo que puso fin al gobierno de Kevin Rudd, a quien secundaba como viceprimera ministra desde 2007.

Esta mujer, que asume abiertamente su soltería y su deseo de no tener hijos, es conocida por su fuerte acento y por su franqueza.

Nació el 29 de setiembre de 1961 en Gales y emigró a Australia con su familia a los cinco años.

Inició su carrera al lado del líder de la oposición del estado de Victoria, John Brumby y entró en el Parlamento en 1998 .

Gillard defiende su soltería y su rechazo a ser madre, que explica por su incapacidad para conciliar la vida familiar y la profesional.

Gillard se declaró partidaria de convertir a Australia en una república tras la muerte de la reina Isabel II, pese a el país se pronunció en contra en un referendo celebrado en 1999.

Del otro lado de la vereda, Abbott, un ferviente católico de 52 años, convertido en apóstol de la familia, tiene una imagen de aficionado en la política, aunque su perfil atípico sedujo a la opinión, por atacar el plan Carbono y el impuesto a las ganancias de las compañías mineras, propuestos por Rudd.

Crecido en el seno de una familia monárquica, el líder de la coalición Liberal-Nacional es conocido también por su franqueza.

En diciembre pocos lo consideraban capaz de alzarse con el liderazgo de la coalición conservadora, lo que logró con un solo voto de ventaja. Se convirtió, así, en el tercer líder de la formación desde que esta alianza perdió el poder en 2007.

Su promesa de campaña es equilibrar en tres años las cuentas fiscales y controlar las fronteras.

Los últimos sondeos le dan a Gillard una ventaja de cuatro puntos (52% a 48%) frente Tony Abbott.